OPINIÓN AMFAR
Imagen Colaborador
Humo feminista en la presidencia española de la UE
08/04/2010 LOLA MERINO (Presidenta de AMFAR)
La ministra del Medio Rural, Elena Espinosa, ha manifestado que una de las tres prioridades agrarias de la presidencia española de la UE es el colectivo de mujeres rurales, junto con el futuro de la PAC más allá del 2013 y la mejora de la competitividad en la industria agroalimentaria. Un titular que debería servir de motivo de satisfacción pero prefiero ponerlo en cuarentena, pues con este gobierno hemos adquirido la experiencia para saber que tras estos anuncios a bombo y platillo, no hay otra cosa que la venta de humo feminista que no cuaja en nada concreto. Llevamos ya seis años del gobierno de Rodríguez Zapatero y aún no han tenido tiempo de desarrollar el Real Decreto que reconoce la cotitularidad de la mujer en la explotación agraria, ni tampoco de darle contenido al Plan Estratégico de la Mujer Rural recogido en la Ley de Desarrollo Rural Sostenible, ni de dar cumplimiento a la Ley de Igualdad. La realidad habla por si misma: el gobierno de ZP ha malgastado una buena parte de su mandato en aprobar un elenco de leyes para vendernos una igualdad ficticia y engañosa a las mujeres, en general, y a las rurales, en particular. Visto lo visto no creo que el ex Ministerio de Agricultura sea capaz de hacer en seis meses por la mujer rural europea, lo que no han hecho por las españolas en seis años de gobierno. Las mujeres rurales no nos merecemos este trato. Somos cinco millones en España y nuestra realidad cotidiana se merece, al menos, el respeto y el justo reconocimiento por parte de nuestras instituciones. La mujer rural española es dura como la tierra que pisa, pero esto no es óbice para pasar de puntillas sobre nuestros problemas y nuestras necesidades. Nosotras somos el pilar de una familia, trabajamos duramente en el campo y mantenemos la vida en los pueblos. Nos hemos preocupado de la formación de nuestros hijos y también de la nuestra, pues estamos apostando fuerte por aprender y emprender en el mundo rural con el objetivo de ser independientes económicamente, de generar empleo y garantizar así la supervivencia del pueblo que nos ha visto nacer y crecer. Como respuesta a nuestro esfuerzo, nos topamos con un gobierno y una ministra que no avanzan en nuestras reivindicaciones, pero que no dejan de decir que somos “las vertebradoras del territorio rural y las diversificadoras de la actividad económica tradicional, necesarias para poder conseguir un medio rural dinámico y sostenible”. Eso sí, en vistas de que no recibían el apoyo de organizaciones como Amfar que llevamos casi veinte años defendiendo a las mujeres rurales, han creado su propio club de fans para pasearse por toda España vendiendo humo de la mano de la vicepresidenta del gobierno, Fernández de la Vega y del secretario general de UGT, Cándido Méndez. Me gustaría ver a la señora Fernández de la Vega bajar de su helicóptero y subiendo a lo alto de un monte cada vez que quiera leer sus correos electrónicos o mantener una mera conversación por el teléfono móvil, por no tener cobertura. O al señor Cándido Méndez cogiendo patatas, aún a sabiendas de que se las van a comprar por menos de lo que le ha costado cultivarlas. Esta es la realidad que desgraciadamente tenemos de nuestros gobernantes en el campo: pasividad y demagogia. Espero al menos, que esta presidencia española de la UE sirva para recuperar las ayudas que tenían las mujeres para incorporarse a la explotación agraria. Como saben las personas que se incorporan como titulares a la explotación agraria gozan de unas ayudas que se incrementaban en un 10% cuando la solicitante era una mujer. Estas ayudas estuvieron vigentes hasta que nuestra ministra Espinosa fue a Bruselas a negociar el Marco Nacional del Desarrollo Rural y se volvió muy satisfecha pero sin ellas. Para ese viaje no necesitábamos alforjas. Y es que a veces los árboles no dejan ver el bosque… ni tanto humo como nos venden nos deja ver el campo.
LEER MÁS
Imagen Colaborador
Acierto de Aido
30/03/2010 J. A. GUNDIN (La Razon)
Bibiana Aído ha acertado de pleno, las cosas como son. A quienes hemos criticado severamente algunas de sus audacias verbales o su defensa del aborto, la ecuanimidad y la coherencia nos exigen reconocer que la ministra tiene toda la razón cuando pide a los periódicos la supresión de los anuncios de prostitución. «No parece lógico que se denuncie en unas páginas la trata de mujeres para su explotación sexual y que se pueda anunciar en otras», ha dicho con una sensatez aplastante. Así es. Bajo el epígrafe de «servicios», «contactos» o «personal», según la inventiva de cada periódico, en las páginas de anuncios por palabras se promociona un negocio que mueve miles de millones de euros comerciando con la dignidad de la mujer, a la que se degrada y se humilla como seres ínfimos y desechables. A cambio, las empresas editoras reciben puntuales sus estipendios, unos 15 millones al año, masaje arriba, masaje abajo. Pareciera que en esta profesión nuestra nadie se pregunte por las mafias y redes de proxenetas que se esconden tras esos anuncios. Somos capaces de husmear como sabuesos el rastro del delito y la corrupción a kilómetros de distancia, pero misteriosamente perdemos el olfato al pisar nuestras propias alfombras. Lo más perverso, sin embargo, lo más dañino para la credibilidad de la Prensa es la hipocresía de quienes en la página editorial se erigen en caballeros andantes del feminismo y alancean machistas con la furia del «progre» redentor, y quince páginas más atrás publican anuncios que reducen a la mujer a la condición de felpudo. Además, a los diarios se nos da muy bien fiscalizar lo que emiten las televisiones en horario infantil, atentos a que no se cuelen tórridas escenas o algún fotograma sangriento. Si demostraran el mismo celo vigilante aquellos periódicos que se autoproclaman «familiares», no expondrían a la lectura de los adolescentes esos anuncios ilustrados donde se detalla la mercancía con un hiperrealismo de brocha gorda, incluidas unas imágenes que reflejan la cutrez estética del anunciante. Aído ha colocado un espejo ante la Prensa y el reflejo que devuelve desprestigia a la profesión. La ministra se merece el aplauso por su lucha contra la explotación sexual de la mujer, que el pasado año registró grandes éxitos gracias a la acción policial. Por eso mismo, debería incluir entre las víctimas mortales de la violencia de género a las prostitutas que son asesinadas, pero que al parecer no cuentan para las estadísticas oficiales. Es lo que tiene una prostituta muerta, que no vende.
LEER MÁS
Imagen Colaborador
La ministra de la Desigualdad
30/03/2010 ALBERTO PELáEZ (Milenio on line)
A mediados del silgo XIX, las cigarreras sevillanas realizaron diversos motines para que se reconocieran sus derechos fundamentales. Rosa Luxemburgo ideó su vida en función de la mujer. A Mariana Pineda la ejecutaron por bordar una bandera liberal. Josefa Ortiz de Domínguez “la Corregidora” fue un ejemplo de gallardía y de libertad. A todas estas heroínas que lucharon por los derechos de la mujer o por la libertad —ambas cosas fundamentales— hay que agregar una más. Se llama Bibiana Aído y es la ministra de Igualdad en nuestra querida geografía del toro y el vino. Es como el caballo de Atila. Ahí por donde pasa, deja huella. Su primera perla fue hace año y medio, poco después de que supiéramos cual era el currículum de la flamante ministra: maestra en el arte del flamenco. Después vino el resto. Defensora acérrima del aborto llegó a decir que hasta los seis primeros meses había vida, pero no vida humana. ¡Qué brillantez! ¡Qué sabiduría! Igual hasta tenemos una planta en lugar de un hijo. Días más tarde, dijo que existían miembros y miembras. Había a la fuerza que hacer distingos, incluso si la sintaxis no lo admitía. Porque por esa regla de tres, había que buscar un masculino a aquellas palabras que fueron femeninas: por ejemplo, zona. Entonces para nuestra conspicua gran ministra existiría la palabra zono. Lo mejor sería aplicar el fonema o —ozono— para que, al menos tuviera sentido, el que le falta a esta buena mujer. Bueno, su penúltima perla la dijo recientemente con el aborto. La ley aprobada y elaborada por el ministerio de Igualdad dice que “la teoría y práctica del aborto pasará a convertirse en una materia obligatoria en la carrera del ámbito de la salud” y es que Bibiana Aído se supera, se supera de verdad. Y ya cuando pensamos que había dicho la barbaridad superlativa dice otra mayor. La última sacada casi del horno. La flamante ministra de Igualdad quiere que el feminismo sea una asignatura obligatoria y “troncal” en la Universidad. O sea que aquí en España al que estudie por ejemplo Derecho, además de Natural, Romano, Procesal, Mercantil, Administrativo —con el interminable Aranzadi— tendrá otra asignatura que además, será fundamental: El feminismo.Soy el primer convencido de que la mujer tiene que tener los mismos derechos y obligaciones que el hombre. Es nuestra obligación. Una mujer puede perfectamente ser piloto, presidente, regidora, secretaria de gobernación, pediatra, periodista sin que merme un ápice el hecho de ser mujer. Es de justicia que lo apoyemos, que lo impulsemos, que lo fomentemos. Es fundamental que las mujeres perciban el mismo salario que el hombre. Lo que no me parece de recibo es que algo tan serio, tan riguroso como los derechos de las mujeres se frivolice y lo conviertan en un tema de chirigota. Es un despropósito la cantidad de tonterías que dice esta ministra. También que las promueva. En esta época de recesión económica, su ministerio se ha gastado 1.6 millones de euros en llevar a las Universidades y a sumar masters sobre este movimiento. Si Mariana Pineda o Rosa Luxemburgo o Josefa Ortiz de Domínguez o las cigarreras sevillanas vieran los despropósitos que hace Bibiana Aído, después de lo que lucharon por las mujeres y la libertad, se sentirían altamente agraviadas.
LEER MÁS
Imagen Colaborador
Amfar Ávila apoya la Jornada Mundial por la Vida
25/03/2010 MARíA TERESA RESINA (Presidenta de AMFAR Ávila)
Tras el apoyo valiente y decidido, que la Organización del Medio Rural ASAJA-Ávila, a través de la intervención de su máximo responsable en Ávila –Joaquín Antonio Pino–, y la Asociación de Mujeres y Familias del Ámbito Rural de Ávila, AMFAR, el pasado 7 de marzo en la concentración en la Plaza de Santa Teresa de Ávila por el Derecho a la Vida, nuevamente AMFAR festeja esta Jornada Mundial por la Vida. Para AMFAR el Derecho a la Vida es irrenunciable y está en nuestras manos el poder frenar y derogar esta nueva Ley del Aborto que quita la Vida diariamente a miles de seres humanos. Para AMFAR la defensa de la Vida es una tarea de todos, y de todos los días, una tarea en la que nadie debe escatimar esfuerzos ni debe avergonzarse por defender a los más indefensos, a aquellos que no se pueden defender y expresarse. La Vida es el bien y el don más preciado, es un regalo y un valor que la mujer tiene y que no estamos dispuestas a que nadie nos lo robe tratando de confundir a la sociedad e inculcando una cultura asesina, una cultura de la muerte que tratan de “vender” como normal cuando, sencillamente, se están sesgando vidas humanas. AMFAR, frente a esa cultura de la muerte, exige a las distintas administraciones, locales, regionales y nacional que no escatime esfuerzos y recursos humanos y económicos para apoyar a las mujeres que van a ser madres y se encuentran en alguna situación de dificultad. La maternidad es lo más grande para una mujer, el nacimiento de un hijo y la creación de Vida es algo que no se puede comparar con nada, por eso las mujeres de AMFAR queremos gobiernos que se comprometan de verdad con nosotras, que se comprometan con la vida y que en ello empeñen sus recursos, y no lo hagan apoyando a las clínicas abortistas que representan los intereses económicos de unos pocos que cimientan su negocio en eliminar la Vida a indefensos, a aquellos que no se pueden defender, algo que no tiene justificación. Por ello, AMFAR anima en este día que celebramos la Jornada Mundial por la Vida a todas las mujeres y hombres de bien a luchar por la Vida con todas sus fuerzas, porque la defensa de la Vida es una tarea de todos, y de todos los días. Los más indefensos, los más vulnerables nos necesitan más que nunca, de verdad que vale la pena. La Vida de miles de seres humanos está en nuestras manos, está en manos de toda la sociedad. Se valiente y apuesta por la vida como lo hace AMFAR, contamos contigo.
LEER MÁS
Imagen Colaborador
La feminización de la pobreza
En Europa hay unos 9 millones de personas que trabajan a jornada completa en la agricultura, de las que un 35 por ciento son mujeres, aunque tan sólo un 13 por ciento aparece como responsable principal de la explotación agraria y, además suelen ser explotaciones de tipo pequeño y marginal. Por países, los del sur de Europa, Irlanda y Austria presentan los porcentajes más significativos. La proporción de mujeres ocupadas en la agricultura tiene sus niveles más elevados en Grecia, seguida, de Portugal, España, Italia, Irlanda, Dinamarca, Bélgica, Luxemburgo, Holanda, y por, último el Reino Unido. La categoría de “ayuda familiar”, agrupa a componentes significativos de mujeres en Grecia y en España. En lo que hace referencia a las jornadas laborales, son las mujeres rurales las que presentan las más extensas del conjunto de la Unión Europea. Por países, destacan por el número de horas a la semana, Grecia, Portugal, España e Irlanda en todos ellos se superan las 40 horas. El empleo femenino agrario se concentra en nuestro país en la cornisa cantábrica, en las dos Castillas y Extremadura. De otro lado, al margen de la situación específica de Europa, a pesar de que existen unas enormes diferencias a nivel mundial entre los distintos colectivos de mujeres rurales, sí que pueden avanzarse algunos datos muy generales que ayuden a comprender la realidad de unos sectores sociales caracterizados en su mayor parte, por una situación de marginalidad. La “feminización” de la pobreza aparece como un fenómeno mundial que tiene una incidencia especial en el ámbito rural. Las mujeres efectúan buena parte de los trabajos más duros en los sectores más marginales y reciben salarios significativamente más bajos que los de los hombres. Se considera que las mujeres realizan el 70 por ciento del trabajo agrícola en África subsahariana, el 40 por ciento en Asia del sur y el 25 por ciento en América Latina. Algunos de los proyectos sobre sobre las mujeres del mundo rural tienen como principal objetivo sacar a la luz la problemática específica de las mujeres rurales, cuya realidad suele quedar oculta dentro del análisis de tipo más general. Esos trabajos suelen concluir con las presentaciones de cartas o plataformas para la igualdad de oportunidades de las mujeres en el ámbito rural, que establecen un diagnóstico de la situación de la mujer rural y diseñan un conjunto de propuestas para contribuir a la participación más efectiva de la mujer en las estrategias de desarrollo natural. Estas cartas o plataformas ponen de manifiesto un estado de cosas que no por ignorado deja de ser urgente remediar. Se hace necesario devolver protagonismo a un colectivo olvidado y marginado pero fundamental para el futuro del mundo rural. Y como dijo el poeta: “Mujer, no te desesperes, / que algún día llegará / en que seas la que eres”.
LEER MÁS
Imagen Colaborador
Tres tipos de mujeres
17/02/2010 SONIA ANDRINO (Norte de Castilla. Valladolid)
Algo está cambiando en el medio rural y eso se nota también entre las mujeres. De hecho, el plan de apoyo a la mujer arranca con un diagnóstico de la situación del medio rural que describe tres tipos de mujeres: por un lado, el colectivo de entre 45 y 65 años que se están reciclando a través de cursos de formación; por otro, las mujeres que después de dedicarse a cuidar a sus hijos ahora necesitan atención; y por último, las nuevas residentes, mujeres con una gran diversidad de perfiles personales y profesionales: inmigrantes, jóvenes urbanas, mujeres adultas con alta cualificación o mujeres maduras que retornan al pueblo tras muchos años de vida urbana. La permanencia de estas últimas, que son principalmente jóvenes, constituye una de las prioridades del documento, consciente de que la transformación del medio rural en las últimas décadas está generando muchas formas de vida en los pueblos y, las nuevas residentes son el principal exponente de esa «difuminación de diferencias entre medio rural y urbano». Además, según el texto, atraer a nuevas mujeres residentes es «especialmente interesante» porque muchas de ellas son «un grupo dinámico» en la promoción de nuevas actividades económicas en los espacios rurales. Es cierto que el sector servicios es el que más demanda de empleo femenina recoge (más de las tres cuartas partes de las mujeres ocupadas), pero también es verdad que si se consigue cambiar esos estereotipos, el empleo femenino también cambiará. En este sentido, la agricultura juega un papel fundamental y más cuando, durante mucho tiempo, el trabajo de las mujeres en las explotaciones agrarias no se ha visto nunca reconocido. Por eso, el plan de apoyo a la mujer rural establece como «principal reto» el relevo generacional en la agricultura, puesto que se ha constatado que las mujeres se vinculan a la actividad agraria en el contexto de la unidad familiar, primero bajo la condición de cónyuge para acceder, más tarde, a la titularidad con la jubilación del marido. Sin embargo, «rara vez» asume un papel protagonista en la empresa agraria y sus decisiones están, en gran medida, «supeditadas a los varones de la familia». Por este motivo, desde la Consejería de Familia se pretende «promover actividades» que faciliten la integración plena, laboral y social, de este grupo de mujeres cualificadas para asegurar «su valiosa presencia en nuestros espacios naturales». Y una de las necesidades en este contexto es «impulsar la participación femenina y su visibilidad legal» en nuevas actividades agrarias y las explotaciones con esta especial dedicación. Esto se consigue, según el documento, impulsando la titularidad compartida u orientando bien las ayudas directas o indirectas, además de dar «un impulso básico» para implementar la presencia de mujeres agricultoras al frente de las explotaciones en pie de igualdad. Cuatro de cada 10 mujeres de Castilla y León viven en un pueblo de menos de 10.000 habitantes, y tres de cada 10 lo hacen en uno de menos de 2.000. Mejorar su situación es el objeto de este plan en el que la Junta tiene previsto invertir, al menos, 423 millones de euros en el periodo comprendido entre el 2010 y el 2015.
LEER MÁS
Imagen Colaborador
En Cádiz con Bibiana
15/02/2010 LOLA MERINO (Presidenta de AMFAR)
El pasado 3 de febrero salí pitando para Cádiz. Me acompañaba Alicia Cabrerizo, la responsable de prensa de Amfar. Asistíamos al primer acto organizado por el gobierno español con motivo de la presidencia de la UE: el Foro Europeo de Mujeres. Cogimos el AVE en Ciudad Real casi sin comer y con un café muy rápido en la estación. El viaje empezó bien, ya que a sabiendas de que duraría casi cuatro horas, metimos en la maleta de todo, salvo ropa de abrigo y paraguas que casualmente era lo que ibamos a necesitar. Alicia se llevó hasta un libro para aprender a bucear. La pobre lo intentó con algún tema, pero lo dejó por imposible: "ésta se ahoga en su primera inmersión", pensé. El libro se quedó en el hotel. Cuando llegamos a Cádiz, nos esperaba el conductor del autobús y una azafata con una carpeta roja donde podías leer "presidencia española de la ue". Llovía, hacía frío y un viento de narices. Por cierto, a nuestro autobús sólo se subió un chico, Rafael, de la unidad de igualdad del ministerio del Interior. Prudente, observador y parco en palabras. La segunda noche le pregunté en la cena que qué tal lo llevaba con tanta mujer y me contestó: "mi mujer me ha dicho: Rafa, tú haz lo mismo que en casa: oir, ver y callar". Y llegó el día del Foro Europeo de Mujeres. Salimos del hotel con un policia local escoltando el autobús, me sentía como Angela Merkel en una cumbre europea. La llegada al palacio de congresos fue impresionante: había más policia nacional que en un Madrid-Barça. Todo era azul marino, salvo el colorido de las banderas europeas que zapateaban por el viento que hacía. No sé para qué tanta policia, si nadie nos pidió dni, ni identificación, ni hubo escaner para acceder al edificio. Y comenzó el acto. Se abrió el telón y aparecieron: Bibiana con un vestido de volantes rojo en homenaje a su tierra y a su partido. El presidente de Andalucía, que desde que se fue Chaves, nadie sabe como se llama y Teófila Martínez, la eterna alcaldesa de Cádiz. Ella es de Santander, pero los gaditanos la quieren y la protegen como si fuera de la familia. La alcaldesa estuvo muy protocolaria en sus palabras. La ministra, por primera vez, me sorprendió gratamente y el presidente de Andalucía más vale y se hubiera quedado en su casa. No sólo no aportó nada, sino que sacó el tema de la crisis, que no venía a cuento y dijo: "si Lehman Brothers hubiera sido del sexo femenino no estaríamos en crisis". Y el tío se quedó tan a gusto. Aplausos, muchos aplausos feministas, más aplausos feministas y ...un café. La ministra es lo que aguantó: un café, porque desapareció. Tuve la ocasión de saludarla un par de minutos, intercambiamos impresiones sobre la próxima revisión de los acuerdos de Pekin en la ONU y se fue... La reunión no sirvió para mucho o más bien, para casi nada. No tuvimos ningún documento de partida para estudiar, analizar y debatir. Y por tanto, no se ratificó ni se acordó ninguno al término del foro. Una pena, porque fueron varias las organizaciones de mujeres que vinieron desde distintos países de la UE y muchas más las españolas que estabamos allí. Fue mucho el esfuerzo, el trabajo, el tiempo y el dinero invertido por todas para asistir a un foro que estuvo vacío en contenido, a pesar del gran derroche de medios. Eso sí, Cádiz y su alcaldesa, bien merecen la pena. http://plazasenred.es/social/pg/blog/LOLAMERINO/read/1687/en-cdiz-con-bibiana
LEER MÁS
Imagen Colaborador
A un clavo ardiendo
31/01/2010 DONACIANO DUJO (Presidente de ASAJA de Castilla y León)
Estos días, seguramente por primera vez, vecinos de Madrid o Barcelona han escuchado que existen, en algún lugar del mapa español, unos pueblos que se llaman Melgar de Arriba, Santervás de Campos o Torrubia. El motivo ha sido que estos municipios, y seguramente algunos más, han salido a la palestra en la caótica puja por albergar residuos nucleares, o un almacén temporal centralizado, como ahora lo llaman. En este tema, hay una premisa clara: todos (hasta los que alzan contra cualquier proyecto de este tipo) queremos seguir manteniendo nuestro nivel de gasto energético, aunque luego las consecuencias de ello no resulten del todo cómodas. Desde ASAJA, desde la defensa de los intereses de los agricultores y ganaderos, hemos reclamado repetidamente un modelo que garantice el abastecimiento energético, en las mejores condiciones posibles, algo que tiene especial importancia en un momento como el actual, de encarecimiento brutal de las tarifas eléctricas. Son otros los que tienen la información, los datos y la responsabilidad de lograr que los administrados dispongamos de energía a precios sensatos y en condiciones sostenibles. A mí, como presidente de una organización profesional plenamente asentada en el medio rural, lo que me llama la atención de lo ocurrido estos días es el mensaje que subyace, tras estos ofrecimientos de los pequeños municipios interesados en el almacén nuclear. Su llamamiento no parte del desconocimiento ni de la ambición: parte de la desesperación, pura y dura. Durante años, durante décadas, muchos pueblos de la región han asistido sin poder hacer observación alguna a su virtual y en algunos casos real desaparición. Como a los que fueran vecinos no les quedó otra que emigrar, nadie ha asumido como propia la culpa de que, poco a poco, fueran borrándose del mapa tantas localidades. Planes, foros y estudios sobre la despoblación han ido amontonándose y cubriéndose de polvo sin que nada cambiara. Estos días, pueblos que tienen poco más de un centenar de vecinos censados, y aún menos viviendo habitualmente, han tenido la oportunidad de opinar sobre algo que puede cambiar su futuro cercano. Algo que puede tener sus riesgos, pero que también puede variar un rumbo que ya asumían como inevitable: que tras la última generación de mayores, habría que echar el cierre. Y muchos vecinos han ido a levantar su mano y ofrecer lo único que les queda para que el pueblo siga existiendo, su misma tierra. Mientras, los políticos asisten al espectáculo intentando, como siempre, nadar y guardar la ropa. Como si nada tuvieran que ver en este progresivo vaciado del medio rural, con este estado terminal al que han llegado tantos pueblos que no tienen nada que perder. Escuchas sus declaraciones y no sabes si suben o bajan, si están a favor o en contra: que se peguen los vecinos, que se enfrenten entre ellos. Una irresponsabilidad doblemente grave, porque lo que necesitan los pueblos es unidad entre sus pobladores y no enquistar enemistades. Permitir esta situación elevaría la dejación de nuestras administraciones al grado de cinismo: primero dejamos que los pueblos se vayan apagando, y cuando hay cuatro vecinos, dejamos que se peleen entre ellos, para hurtarles lo único que les quedaba: la tranquilidad. Señor presidente del Gobierno, señores políticos: analicen, deliberen, decidan y asuman sus propias decisiones, que esa y no otra es su obligación. Y si no, ya saben dónde tienen la puerta.
LEER MÁS
Imagen Colaborador
El menú navideño de ZP
22/01/2010 DONACIANO DUJO (Presidente de ASAJA de Castilla y León)
Querido presidente del Gobierno: En estas fiestas navideñas, con el frío y la nieve cubriendo Castilla y León, quería compartir con usted lo que me preocupa, la situación de ruina que viven los agricultores y ganaderos de mi tierra, que es también la suya. Hace ya un tiempo que dejó de ser nuestro vecino para dedicarse a esa noble faceta de presidir el Gobierno de España. Me imagino que sus múltiples ocupaciones le hacen olvidar sus raíces, aquellos momentos que compartía tapeando por la zona del Húmedo, hablando con sus paisanos de los problemas de su provincia, León. Como también los presidentes del Gobierno son humanos, estos días supongo que tendrá usted tiempo para estar con su familia y amigos más íntimos. Lo más seguro que esté harto de esas comidas de trabajo en grandes hoteles o restaurantes con esas recetas de cocineros de diseño que salen en la guía Michelín. Así que tal vez agradezca que el menú de Navidad sea el de siempre, el tradicional de esta tierra. Puede que empiece con unos platos de cecina, de jamón, de buen queso, para pasar a un cuenco de legumbres, y después no puede faltar el lechazo o el cochinillo. Para acompañar hay bebidas donde elegir, blancos, tintos y espumosos, y por qué no un chupito de orujo para concluir: total, no tiene que conducir, y si debe salir, ahí está el chofer oficial. Total, que habrá comido estupendamente, y le vendrán a la memoria tantas comidas felices pasadas desde niño, con estos sabores que tan ligados están a nuestra tierra. Pues ya satisfecho, a lo mejor le cuenta a sus hijas que todos esos alimentos se producen en tu tierra, que es la nuestra, por agricultores y ganaderos, que somos nosotros, ganaderos que a lo mejor han tenido que comer un poco más tarde porque antes debieron ordeñar o cuidar sus granjas, porque los animales no se acuerdan de si es Navidad o cualquier otro día, y hay que atenderles cada día. Quizás no sabe, señor presidente, cuánto le ha costado la comida, como le pasó antaño con el café. Pues pregunte, porque casi seguro que ha salido por un ojo de la cara. Y hasta usted mismo se indignaría al saber que a sus paisanos no les han pagado apenas nada por ello, que cuesta más la luz, el gasóleo, los piensos o los fertilizantes, que lo que nos pagan por nuestros productos. Sí, señor Zapatero, cabréese, que nosotros también lo hacemos cada día. Para que comparta nuestra indignación le escribo, y también para pedirle que en el nuevo año considere a la agricultura y la ganadería, de una vez, una cuestión de Estado, que valore nuestro sector como estratégico para nuestro país. Para los políticos no existimos salvo en elecciones o para echarse en cara, unos a otros, que no hacen nada por el campo. Tenemos envidia sana cuando en temas como el financiero, las comunidades autónomas llegan a acuerdos, o cuando el Estado apoya sin fisuras a sectores como la construcción, la banca o los automóviles. Presidente, estamos en las últimas, y así lo ha entendido la sociedad, que nos ha apoyado en nuestras protestas. Dentro de unos días, en enero, usted va a ser el presidente de toda la Unión Europea, y eso es tener en sus manos nuestro futuro y el poder de determinar los mimbres que moverán la PAC en el periodo 2014-2020. Si no nos echa una mano, si no pelea hasta la extenuación para que las producciones de la agricultura continental, que es la nuestra, tengan el respaldo de las cuotas de producción y accedan a un mercado estable y rentable, no vamos a salir de ésta. Tiene que procurar que en el sector agrario exista un equilibrio entre lo que a nosotros nos pagan y lo que pagamos todos los consumidores. Seguro que ya ha dado una vuelta de tuerca a la distribución para que bajen los precios y de carambola la inflación; pues nosotros le pedimos lo mismo, señor presidente, dé una vuelta de tuerca a los intermediarios para que nos paguen un precio digno por lo nuestro. No es tanto esfuerzo, pero tiene que creérselo, ponerse en marcha para solucionar los problemas de sus paisanos. Hágalo por nosotros pero también por toda la sociedad y, egoístamente, por usted. Si esto no cambia, a su exquisito y tradicional menú de Navidad le quedan cuatro telediarios, porque por estas tierras ni habrá lechazo, ni cochinillo, ni jamón, ni queso, ni vino que llevarse a la boca.
LEER MÁS


Primera2 | 3 | 4 | 5