Ana es una joven agricultora de la Serranía de Cuenca que se incorporó a la agricultura ecológica con un olivar de su padre, que este a la vez heredó de su abuelo. Ella tiene tan solo 28 años y cuida su olivar como si se tratara de la futura familia que tiene previsto formar con su novio, también del campo, pero él, ganadero. Todo iba bien. Trabaja mucho, madruga más. No le da pereza resolver el excesivo e interminable papeleo que le pide la Delegación de Agricultura desde que se incorporó a su explotación. Incluso, sonríe al relatar la imagen del cartero cuando le lleva a casa una carta con “tirantes rosas”. -“Te piden más papeles, Ana”, le dice el cartero cuando le entrega otra carta certificada de la Consejería de Agricultura. Todo iba bien hasta que, el mes pasado, el Gobierno de Page decidió denegarle, por primera vez, las ayudas a la producción ecológica. Ana no lo entiende. Ella es una joven con estudios que apostó por el campo ante la imposibilidad de encontrar trabajo en su pueblo. Ella trabaja duro. Ella ha puesto todos sus ahorros, su ilusión y su esperanza en un modo de vida que ahora trunca el Gobierno socialista de Page. Ana no entiende por qué dicen que hacen falta jóvenes, si luego no les dejan vivir del campo y les arruinan. Ella ha invertido lo poco que tenía en su olivar, pero se queda sin ayudas y con una buena hipoteca en el banco. Sr. Page, ¿qué hace ahora Ana? Este es uno de los muchos dramas que ha generado Page con la agricultura ecológica, con la incorporación de los jóvenes y con las mujeres. El campo de Castilla-La Mancha se hace mayor, envejece hasta el punto de que superamos la media nacional en porcentaje de mayores de 65 años en el sector agrario. De los más de 140.000 perceptores de ayudas directas de la PAC, solo el 0,29% son menores de 25 años y un escaso 3% tiene entre 25 y 34 años. Se trata de un sector, además, masculinizado, en el que sólo un tercio del total de agricultores de Castilla-La Mancha son mujeres. El campo castellano-manchego necesita relevo generacional, modernización, innovación, tecnología, conocimiento, frescura, sostenibilidad. En una palabra, necesita juventud, mujeres y hombres que aporten savia nueva a un sector que es estratégico en la generación de empleo y la fijación de la población en nuestras zonas rurales. La última convocatoria realizada por el Gobierno de María Dolores Cospedal puso sobre la mesa el evidente empuje y el carácter emprendedor de más de mil jóvenes que vieron en la agricultura y la ganadería una oportunidad laboral y un modo de vida digno y profesional. Más de un millar de hombres y mujeres que apostaron por el sector agrario sin miedo y sin complejos, y para los que Cospedal tuvo que aumentar el presupuesto de la convocatoria desde los 10 hasta los casi 40 millones de euros con la finalidad de que todos los que quisieron incorporarse lo hicieron. Lamentablemente, el compromiso con el campo regional ha pasado a la trastienda de la agenda política con un Gobierno bipartito de PSOE y Podemos que no tiene modelo agrario, que vende filosofía y no medidas concretas que impulsen la competitividad del sector y la creación de empresas por parte de los jóvenes. Estamos finalizando las solicitudes de las ayudas de la PAC y el Gobierno Page-Podemos no ha convocado todavía las ayudas a la incorporación de jóvenes agricultores ni de planes de mejora en Castilla-La Mancha, a pesar de contar con un presupuesto de 1.500 millones de euros en el Programa de Desarrollo Rural 2014-2020. Una desidia injustificada, que está provocando que cientos de jóvenes aún no puedan incorporarse al sector agrario, darse de alta en la seguridad social y comenzar con sus actividades en un sector cada día más prometedor. Un abandono que está obligando a los jóvenes a incorporarse sin ayudas, pidiendo préstamos, condicionando la viabilidad de su explotación y limitando su rentabilidad y que otros muchos desistan porque no cuentan con el respaldo político que necesitan en los comienzos de su actividad. Un ataque frontal a los jóvenes que se han incorporado y que ven como Page coarta, frena y arruina su proyecto de vida. Señor Page dejen de hacer daño al sector, a los jóvenes y a las mujeres. Todo iba bien hasta que llegaron ustedes. Le pido en nombre de Ana y de miles de jóvenes de esta región que se tomen en serio el campo, que trabajen por un sector que genera el 12% del PIB de Castilla La Mancha, que genera empleo, riqueza, que fija la población y frena el envejecimiento. Señor Page, deje que Ana y miles de jóvenes como ella, puedan ser agricultores. Gracias
(Presidenta de AMFAR Cuenca) BEGOñA GARCíA
(Secretaria de Estado de Agricultura y Alimentación ) CARMEN CANDA
(Presidenta de AMFAR Galicia) CHELO AZNAR
(Presidenta AMFAR Zaragoza) CRISTINA CLAVELL
(Presidenta de AMFAR Cataluña) EDUARDO COCA
(Cazador y escritor) LAURA MARTíN
(Agricultora) LOLA MERINO
(Presidenta de AMFAR) LUCíA MARTíN
(Comisión Ejecutiva Alianza Rural) MANUELA REDONDO LUIS
(Presidenta de AMFAR Valladolid) MARíA TERESA RESINA
(Presidenta de AMFAR Ávila) MARíA TERESA RESINA
(Presidenta de AMFAR Ávila ) MICHELLE BACHELET
(Directora ejecutiva de Naciones Unidas) ROSA PRUNA
(Presidenta de AMFAR Cataluña) VíCTOR YUSTE
(Director General Foro Interalimentario)