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19/10/2020
Adelina Gil: ""AMFAR es unión, trabajo y mirar por la mujer"
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Una fiel defensora de la mujer, del mundo rural, y de la mujer en el medio rural, la que fuera alcaldesa de Castillejo de Robledo durante dos décadas, Adelina Gil Rampérez, asume la presidencia la Asociación de Mujeres y Familias del Ámbito Rural (AMFAR), que integra a cerca de 300 personas. 

No es un cargo nuevo para usted, ¿cómo afronta esta nueva etapa?
Con la misma dedicación e ilusión que la otra vez que estuve hace ocho años. 
Ahora, para la mujer que trabaja es muy sacrificado asumir la presidencia porque son muchas horas. Como yo estoy jubilada, viuda... realmente puedo dedicar más tiempo. 
Yo quiero mucho a AMFAR porque desde que se fundó soy socia y la llevo en el alma. AMFAR realmente es como una familia, tenemos una hermandad muy bonita, y quería ayudar a dar un nuevo impulso. 
Llega cuatro décadas vinculada a AMFAR, ¿cómo ha evolucionado?
Ha ido decayendo. Entonces, las mujeres que nos hicimos socias éramos jóvenes y muchas no trabajaban, por lo que podían dedicar más tiempo a AMFAR. Ahora la mujer joven trabaja, tiene niños... y le es más complicado ser de AMFARy dedicarse a AMFAR. Además, entonces había más subvenciones para hacer muchas cosas. Ahora también hay apoyo, pero son más tajantes en los requisitos.
¿Ha cambiado el perfil de la mujer rural en la provincia?
Lógicamente, nos hemos hecho mayores. Y la asociación se nos ha hecho también un poco mayor. 
Sin embargo, la junta directiva está integrada por gente joven, ¿no?
Sí, traté de contar con gente de casi todas las comarcas y son gente joven, y estoy encantada porque trabajan muchísimo y son encantadoras. 
¿Cuáles son las reivindicaciones de AMFAR?
Las reivindicaciones de AMFAR pasan por implicarse en cosas que nos interesen a las mujeres para asentar población. Lo que ocurre es que las mujeres de AMFAR nos hemos hecho mayores y, ahora, más que implicarse, quieren cosas más de entretenimiento: excursiones, jornadas, talleres... Ese perfil es cierto que nos agrava un poco y por eso demandamos gente joven que se implique en la asociación para darle un empuje. 
¿Qué hace falta en los pueblos para que sean atractivos para las mujeres jóvenes y para atraer población?
Yo creo que es importante formar, hacer cursos que sean útiles para trabajar en el medio rural. Ahora vamos a hacer un curso de incorporación de la mujer a la actividad económica en el medio rural en Monteagudo.
Ante cualquier emprendedora que surja, nosotras estamos dispuestas a apoyar y, a través de AMFAR nacional que siempre nos guía, buscaremos las vías. Cualquier chica del medio rural que necesite lo que sea para iniciar una actividad, que contacte con nosotros y nos moveremos hasta el fin del mundo. 
¿Hay hoy opciones reales para que la gente se pueda asentar en los pueblos?
Sí, desde luego. On line se puede trabajar -si hay cobertura- en muchísimas cosas, y lo hemos visto en estos últimos meses en los que mucha gente se ha desplazado a nuestros pueblos. Y luego hay peluquerías, limpieza, ayuda a domicilio, servicios... muchas opciones donde poder trabajar y creo que sí que podríamos asentar población. Pero lo primero es infraestructuras tanto de carreteras como de vivienda. Los ayuntamientos deben facilitar vivienda para vivir cómodamente, no de cualquier manera. Tienen que pensar en mejorar y ofertar. 
Sanidad y educación ¿hasta qué punto son básicos también para asentar?
Son básicos totalmente, y van de la mano. Ahora mismo estamos un poco desprotegidos a nivel de sanidad. Lo de los consultorios lo tienen que cuidar porque el tema de la cita previa ahora es una locura. Como esto no se mire vamos a tener complicaciones gordas. 
Teniendo en cuenta la situación del sector primario y la escasa industrialización de los pueblos, ¿emprender y el autoempleo es la única opción para las mujeres en el medio rural?
Casi casi sí, porque para compartir una explotación hasta ahora han puesto muchas trabas y pegas. Yo fui agricultora, me formé -el primer carné que tuve fue de tractorista en el 78 y luego hice varios cursos-, y lo pasé realmente mal, porque inclusive tuve una denuncia. Tuve muchas zancadillas pero me dio igual y me integré en mi viticultura, y estoy encantada. 
Pero es verdad que es muy difícil emprender en el campo y por eso la administración tiene que dar muchas más facilidades y proponer y subvencionar, y no poner tantas trabas. 
Y, más allá del sector primario, ¿hay opciones?
Sí. Se pueden poner servicios de los que estamos faltos en el medio rural como peluquerías, comercios de alimentación... 
En los últimos 30 años se ha perdido una cuarta parte de la población femenina de los pueblos, ¿por qué se han ido las mujeres?
Lógicamente se han ido porque no se les daba lo que una mujer necesitaba. No se ha pensado mucho en ellas y la ciudad les ha ofrecido, y se han ido. Se han ido porque no se ha pensado en ellas. Se ha ido envejeciendo la población y se han acabado yendo. 
Conseguir volver a repoblar los pueblos, ¿es posible, estamos a tiempo?
Yo creo que sí, nunca hay que tirar la toalla. Yo creo que si instituciones, empresas, asociaciones... vamos de la mano, se puede. Es verdad que estamos a punto de perder la última oportunidad y nos queda muy poco margen de maniobra y, si nos dejamos ir esta oportunidad, lo tenemos difícil; pero hay que lucharlo.
La mujer ha ido rompiendo moldes pero ¿todavía pesa el patriarcado?
Todavía pesa, sí, la verdad. Pero también es verdad que cada vez se van dando más pasos. Hay ya varias mujeres que llevan su propia explotación agrícola o ganadera. Se puede.
Va dando pasos pero lo cierto es apenas hay mujeres en las direcciones de organizaciones agrarias, comunidades de regantes, grupos de acción local, cooperativas… 
Falta totalmente ese paso. Creo que hay mujeres jóvenes preparadas perfectamente, más que cuando nosotros estábamos. Además, en Soria, al tener la Universidad de Agrícolas, ha salido mucha gente preparada. Eso también hay que darle una vuelta para que las mujeres presidan los puestos de dirección que corresponde.  
¿Por qué es importante estar asociadas a AMFAR?
Lo importante es estar juntas, unidas, representadas, porque si estamos cada una por nuestro lado no vamos a ningún lado. 
AMFAR es unión, trabajo y mirar por la mujer, por las necesidades que ella tiene, por eso es importantísimo ir todas de la mano, seamos jóvenes o mayores. Desde aquí digo que, aunque no estén asociadas, no importa; solo quiero trabajar por y para la mujer, que vengan, que nos digan, que pregunten, que reivindiquen... que ahí vamos a estar.
¿Hay futuro en el campo sin mujer?
Completamente no. El campo necesita mujeres. La mujer es necesaria para todo y, además, la mujer tiene como un sexto sentido. Cuando pusimos la explotación en Castillejo fuimos a varios cursos y un ponente nos decía que la mujer tenía una sensibilidad especial para la poda en verde. Tenemos ese algo especial. ¿Cómo va a haber futuro sin mujer? Tiene que estar la mujer. Además, es que ahora trabajamos igual que ellos. Afortunadamente, en eso hemos evolucionado mucho porque antes las mujeres estaban marginadas. Queda mucho por andar pero unidas y asociadas creo que haremos mucho. 
¿El reto más inmediato?
Formar, porque si estás formada puede hablar, negociar y reivindicar. Y,luego, unidad.Estar unidas porque, entre todas, movemos el mundo.




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