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27/04/2020
Artículo de Opinión de Tere Antón, presidenta de AMFAR Alicante: Agricultoras y ganaderas durante la pandemia del COVID-19
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Se estima que en los pueblos y pedanías de las áreas rurales de la provincia de Alicante viven alrededor de 145.720 mujeres. Entre este colectivo, nos encontramos las agricultoras, que durante estos días nos estamos dejando la piel para cumplir con una labor fundamental. Codo con codo con el hombre, trabajamos al frente de las explotaciones para conseguir y proporcionar a la sociedad alimentos de calidad. Nos sentimos a gusto de poder hacerlo, estamos cumpliendo con nuestra función.

La demanda interna de los productos agrarios se ha incrementado. Al principio de declararse la epidemia, este aumento fue aún mayor. El estado de nerviosismo que nos invadió a todos al principio del Estado de Alarma, provocó colas interminables y grandes aglomeraciones en los supermercados. Entonces las agricultoras y los agricultores de la provincia de Alicante, así como las ganaderas y los ganaderos de nuestro territorio, hicimos un llamamiento a la tranquilidad. Defendimos que éramos capaces de abastecer a todos y que no habría faltas de suministro. Así ha quedado demostrado.

Nuestro sector agrario parece que hoy se quiere y valora un poquito más. En la actualidad, en los campos de la provincia de Alicante, se están recolectando coliflores, alcachofas, nísperos… Se están terminando campañas como la de los cítricos y ya se están preparando las próximas plantaciones de verano y cultivos como la de los pepinos, tomates, melones, cerezas, brevas e higos,… Estos productos de calidad los encontramos en las tiendas de cercanía y comercios locales. Adquiriendo las frutas y verduras de estas tiendas no solo compramos productos sanos en los que se cumplen todas las normas de trazabilidad y calidad alimentaria, también alentamos y ayudamos a los agricultores de nuestros municipios y contribuimos a generar empleo cerca nuestro.

Nos hemos dado cuenta también de lo importante que es no depender de terceros países, que en estos momentos de angustia nos han dado gato por liebre.  Hemos comprendido que es fundamental ser autosuficientes en temas tan importantes como el de la alimentación o la sanidad. Si bien, todos los agricultores y ganaderos nos pusimos al píe del cañón y a no dejar de trabajar para que no nos faltará de nada en la mesa, el no encontrar alcohol para desinfectar, mascarillas sanitarias para prevenir posibles contagios,… ha sido duro. También nos permitió agilizar el ingenio.

Como las mujeres del campo sabemos hacer prácticamente de todo y nos hemos acostumbrado a depender más de nosotras mismas, al no tener siempre todos los servicios cerca, tras terminar el cuidado de nuestros cultivos, nos pusimos a tejer mascarillas. Las hemos cosido para nosotras mismas, para nuestros seres queridos y también para vecinos, e, incluso,  profesionales de la seguridad que al principio también tuvieron carencia de estos medios. Por destacar un ejemplo, nuestra amiga Paqui Gomis de Elche, muy ingeniosa y premiada por elaborar con sus manos hermosos productos, incluidos sus famosos belenes de Navidad con materiales reciclables, hizo 80 mascarillas para 40 agentes de policía. Así, al menos, al llegar a casa podían lavar una de ellas y emplear la otra al día siguiente.

Para sacar adelante estos productos para prevenir enfermedades, hemos realizado pruebas de todo tipo, pulverizado agua y gases sobre los tejidos de fuera para comprobar que no entraban en contacto con nuestra piel. Para ser lo más eficientes posible, preguntamos a enfermeros y sanitarios cómo confeccionar estas mascarillas caseras. Sin que haya grandes expertos en la materia, una buena forma es contar con un tejido impermeable y transpirable en la parte exterior, algodón en el centro y otra tela agradable en el interior, que es la que irá sobre nuestra piel.

Así es como las mujeres agricultoras de la provincia de Alicante pasamos la crisis. Afrontamos muchas pérdidas, mientras destinamos mucho esfuerzo en nuestro trabajo. Si por la mañana, trabajamos en la explotación; a mediodía y por la noche cocinamos y por la tarde o los días de descanso, tejemos mascarillas. Esta crisis nos está poniendo a prueba a todos, y vuelve a demostrar la entereza, integridad y fortaleza de los hombres y mujeres, incluidas quienes cada día trabajamos la tierra para generar los alimentos sanos que tanto nos unen en familia y tanto celebramos tener en estos días de mucho confinamiento en casa y poca y limitada salida al exterior para evitar contagios.




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