DETALLE DE NOTICIA
24/10/2013
El 31,6% de los propietarios de terreno agrícola en Baleares son mujeres

El consejero de Agricultura de Baleares, Gabriel Company, con un grupo de payesas.
Magdalena Serra. Diario de Mallorca. Las mujeres rurales han sido durante muchos años prácticamente invisibles para la sociedad.
No se las valoraba suficientemente y trabajaban en el campo a la sombra de sus maridos. Con el paso del tiempo han ganado más representación y poder, y prueba de ello es que su papel actual es determinante para el mantenimiento del sector.
Muchas agricultoras, además de trabajar en el campo cosechando patatas, hortalizas o aceitunas, son ahora propietarias de tierras, factor que les proporciona mayor visibilidad de cara a la sociedad y las instituciones. Así lo confirma el consejero de Agricultura, Gabriel Company, en el transcurso de una comida en homenaje a las payesas de las isla que se celebró en sa Pobla con motivo del día de la mujer rural.
Company hizo público que, según marca el registro de explotación agraria, "actualmente en Baleares un 31´63 por ciento de los propietarios de terreno agrícola son mujeres", una cifra que valoró como "positiva ya que pone de relieve la presencia de las mujeres en la agricultura y marca el camino a seguir durante los próximos años para que el tanto por ciento aumente".
Así, según los datos facilitados, de las 8.925 explotaciones de la isla, 2.823 tiene como titular a una mujer y la mayoría de estas fincas se encuentran en Mallorca.
Precisamente, a la comida que se celebró ayer asistieron una veintena de mujeres y muchas de ellas aseguraron ser propietarias de algunas tierras. Todas ellas trabajan codo con codo con sus maridos agricultores cultivando diversas fincas, y se reparten la titularidad de las mismas entre los dos. Un ejemplo de ello es Joana Socias, una de las agricultoras más experimentadas de sa Pobla, quien desde que se casó con su marido cultiva patatas cada año y es propietaria de una explotación.
Pocas mujeres jóvenes
La mayoría de agricultoras que son propietarias de terreno tienen entre 45 y 65 años y según confirmó Gabriel Company "son pocas las mujeres jóvenes que están entrando en el sector".
Para que se cambie esta dinámica el presidente de Asaja, Tomàs Cortés, solicitó que "Govern y ayuntamientos mejoren las condiciones de vida en los pueblos" para que las mujeres puedan desarrollar sus carreras en combinación con su vida familiar. "Sin las mujeres el campo se despoblará y los vecinos se concentrarán en ciudades; para evitarlo es necesario que cerca de los pueblos haya hospitales, universidades y todo tipo de servicios que ayuden a hacer la vida más fácil y, consecuentemente, la agricultura gane mayor peso", afirmó Cortés.
La combinación entre la vida familiar y profesional sigue siendo una de los mayores hándicaps de las agricultoras, ya que cuando la campaña del producto que están elaborando está en su máximo rendimiento es complicado encontrar un equilibrio. No obstante, las payesas contaron que con organización todo se consigue. Es el caso de Margalida Llobera, propietaria de la Finca Cas Patró Lau de Fornalutx, donde se cultivan aceitunas. Llobera contó que gracias a los avances tecnológicos "ahora es más fácil organizarse que antes pero el ingrediente indispensable para lograrlo es una buena planificación".
Una de las reivindicaciones que se hicieron es que el papel de la mujer rural no reside solamente en las mujeres agricultoras, sino en todas las que de alguna manera forman parte del sector. Tres de las asistentas al acto de ayer, Margalida Cardell, Margalida Cladera y Juana Serra, trabajan desde hace años para una cooperativa del municipio realizando tareas limpieza, embalaje y selección y aseveraron sentirse "parte importante para que el sector de la patata vaya bien". Coinciden en señalar que "no es una labor tan pesada como la del campo pero implica mucho esfuerzo y atención".
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