DETALLE DE NOTICIA
31/10/2012
El otoño sabe a setas

En los últimos años ha habido un boom en la tradición culinaria de las setas.
Efeagro. Con la llegada del otoño y de las primeras lluvias los montes españoles se llenan de setas y hongos, un recurso culinario, cada vez más demandado en todo tipo de cocinas, y también económico, ya que supone un revulsivo para las zonas rurales en las que despunta el turismo micológico
En Castilla y León se desarrolla desde hace años el proyecto para la regulación y comercialización de los recursos micológicos de la comunidad, Myasarc, una iniciativa que ha creado su propia marca de comercialización "Setas de Castilla y León" y reclama que la explotación de este recurso cuente con una normativa concreta.
El gerente de la iniciativa, Arturo Esteban, señala a Efeagro que, pese a que no se conoce con exactitud la cantidad de recursos turísticos y el número de "micoturistas", el fenómeno aumenta cada año de "manera exponencial", por lo que se corre el peligro de que la situación "se vaya de las manos".
El perfil de turista aficionado al mundo de las setas es muy variado, desde familias que buscan disfrutar de un día de ocio, a los que ven en ellas una fuente de riqueza o los que "se dedican a la investigación", indica Esteban.
Además, según resalta, "la gastronomía ha sido fundamental, es el fin de todo", ya que las propuestas culinarias van creciendo en profesionalidad y en calidad, y "aún queda un enorme potencial gastronómico por descubrir".
Soria Gastronómica
Por ello, Esteban participará en el III Congreso Soria Gastronómica una cita en la que participarán 26 cocineros con años de experiencia en micología y donde se analizará la recogida de setas sostenibles, entre otras muchas actividades.
Una de las cocineras que acudirá a esta muestra es Elena Lucas, del restaurante "La Lobita", en Navaleno (Soria), una experta en la cocina con setas que continúa la tradición culinaria que comenzaron sus abuelos.
En el Congreso presentará sus propuestas de "dulces" con setas, como las cuajadas de boletus, las esponjas de trompetas o las gominolas de pinos.
También cuenta con recetas para los más pequeños, como las "pizzas de parasoles", con una masa a base de este hongo, tomate de huerta, jamón york y queso gratinado.
Un "boom"
Lucas señala a Efeagro que la cultura culinaria dedicada a los hongos es una tradición en su zona, porque "es su materia prima", pero que con el "boom de los últimos años" se está recuperando y haciendo evolucionar las recetas antiguas.
En el desarrollo del turismo relacionado con la búsqueda de setas han tenido mucho que ver las sociedades micológicas que salpican la geografía española, como la de Amagredos, en Ávila, que organiza cursos básicos de micología par aprender a distinguirlas.
Su presidente, Horacio González, detalla a Efeagro que a raíz de la utilización de las setas por los grandes restauradores se han ido conociendo más especies y hay más gente a la que les apetece salir a recogerlas.
Sin embargo, insiste en que "es muy difícil identificarlas", y que esta carencia en el conocimiento -que puede desembocar en "intoxicaciones muy graves"- la suplen las sociedades micológicas, que colaboran con los establecimientos de turismo rural, como los Paradores, para organizar rutas, jornadas y degustaciones.
González considera que las setas generan una importante riqueza para el mundo rural, pero que es necesario "enfocar bien" el fenómeno, para que los beneficios se queden en el mundo rural, por lo que insiste en la necesidad de regulación.
Jornadas micológicas
Los alojamientos de turismo rural en Aragón tampoco han dejado pasar de largo a los aficionados a la búsqueda de setas y, por ejemplo, desde el albergue "A Borda Felices de Broto" en Huesca, se organizan unas jornadas micológicas que congregan decenas de turistas.
Una charla, un paseo por el campo para recolectar hongos, una actividad de clasificación y un menú degustación en un restaurante cercano animan a los visitantes a acercarse al mundo de las setas, señala la gerente del establecimiento, María Pilar Felices.
En Castilla-La Mancha, por ejemplo, se está desarrollando el proyecto "Turismo y Hongos", a través de la Cátedra de Medio Ambiente de la Universidad de Alcalá, financiado por el Fondo Social Europeo en una convocatoria de la Fundación Biodiversidad.
Según el director de la Cátedra, Juan Luis Aguirre, pretende conjugar el respeto a este recurso natural y su uso como factor económico, sobre todo a través de acciones formativas con las que pretenden llegar a unos 3.000 destinatarios.
Los cursos, totalmente gratuitos, formarán a los participantes sobre micología, gastronomía en hongos, gestión de alojamientos de turismo rurales e introducción a la implantación a la truficultura en tierras agrarias.
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