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02/12/2011
Granjera busca tractor
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Es una actividad del proyecto Tecno Rural Woman.
Campo Regional. Teresa S.N. Mujeres que manejan el tractor con pericia seguro que hay en todas las comarcas de Castilla y León, pero no es lo más habitual. Es mucho más frecuente que, aun siendo titular de la explotación, la mujer acabe derivando las tareas de la maquinaria a un tercero. “Veíamos que en el campo el reparto de tareas no era equilibrado: muchas veces las mujeres hacen tareas de poca cualificación pero mucho esfuerzo físico, como recoger frutales y sobre todo el sur, olivos, mientras que los hombres hacen tareas que exigen menos esfuerzo físico y que hoy por hoy son muy sencillas, gracias a la maquinaria y nuevas tecnologías. Por eso es importante cualificar a las mujeres para que puedan desarrollar también esa labor”. Habla Emilio González, director gerente de la Asociación Española de Agricultura de Conservación, colectivo que, con el apoyo de fondos nacionales y europeos, ha organizado este otoño un curso precisamente para proporcionar a las mujeres esa formación. Al final han sido 250 mujeres y jóvenes relacionados con el mundo agrario las que han participado en los cursos del proyecto Tecno Rural Woman, que se han desarrollado de manera presencial y “on-line” durante los meses de octubre y noviembre de 2011. Un proyecto con dos objetivos: sentar las bases para que las mujeres asuman la dirección de sus explotaciones agrícolas y puedan, a través de la formación en nuevas tecnologías y en el uso de todo tipo de maquinaria, acceder a un trabajo de mayor nivel y practicar una agricultura sostenible y productiva. Lostres cursos presenciales se desarrollaron en Sariñena (Huesca), Montoro (Córdoba) y Cuéllar (Segovia), además de un curso “on-line” a través de Internet en el que se pudieron apuntar mujeres y jóvenes interesados en mejorar su formación en técnicas agrarias sostenibles como la Agricultura de Conservación y aprender a utilizar tanto las nuevas tecnologías y máquinas agrícolas, como conocimientos de marketing y gestión de una explotación agraria. Todos los cursos fueron de carácter gratuito. Además de la formación teórica, cada curso presencial ha contado con una jornada completa de prácticas, para lo que se ha trasladado a los alumnos y equipos técnicos necesarios hasta Peñarrubias de Pirón (Segovia) donde se pudieron conocer y probar en campo todas estas nuevas tecnologías. Por medio de simuladores y equipos reales, los alumnos pudieron manejar los aperos y las diferentes funciones de los tractores; además de recibir clases prácticas sobre cómo mejorar la eficiencia de los equipos y el uso de la potencia con los nuevos motores electrónicos, ahorrar combustible y conocer las normativas sobre emisiones, así como ver sobre el terreno la importancia de la seguridad y, finalmente, probar y manejar el tractor trabajando en campo. Las mujeres asumen su protagonismo En los cursos había mujeres que llevan ya su explotación agraria ellas solas, pero que querían mejorar su formación y conocer las nuevas tecnologías para renovar sus tractores ya obsoletos y difíciles de manejar. Mujeres que tienen dos hermanos y que se resisten a que sean ellos solos los que lleven la explotación familiar. Mujeres que quieren colaborar con su marido en la explotación que tienen con titularidad compartida. Mujeres agrónomas o que están estudiando y que quieren ampliar su formación. Y mujeres en paro que necesitan mejorar su formación para conseguir un trabajo y más cualificado. Ese es el caso de Marta Díaz, una ingeniero técnico agrícola que hace unos años concluyó sus estudios en Madrid y que ahora vive en un pueblo de Segovia, Hontalbilla. “Buscaba más que nada ponerme al día, porque en pocos años las cosas avanzan mucho. Me ha parecido interesante poder hacer prácticas, acercarte a la realidad de la maquinaria. Es bueno para que las mujeres no estén siempre a la sombra del negocio del marido y puedan ser protagonistas”, comenta Marta, quien ante las dificultades de encontrar empleo se está planteando “montar algo por mi cuenta, porque a mí me gusta la vida en el pueblo y esperar a que te contraten parece imposible”. Conchi Muñoz, otra de las alumnas, representa a las mujeres que, por una serie de circunstancias, se vieron obligadas a llevar la explotación familiar. “Aunque en estos cursos hay muchas cosas que te cuentan que ya sabes por la experiencia, siempre es bueno que alguien te las explique, porque muchas veces las haces un poco por costumbre o por intuición”. También le ha resultado muy interesante lo explicado sobre la gestión de la empresa agraria, “porque no es fácil saber qué fórmula es mejor para tu caso: una sociedad, una comunidad de bienes… hay que saber de todo”, apunta. También asistieron a “Tecno Rural-W” jóvenes que fueron atraídos por el sector de la construcción y ahora vuelven a sus pueblos en busca de una salida laboral en la explotación familiar o en el sector agrario. Asimismo, se sumaron al grupo de alumnos, jóvenes inmigrantes que quieren mejorar su formación y cualificación. En definitiva, mujeres y jóvenes dispuestos a pasar de un papel secundario a un papel protagonista en el sector. El deseo de los organizadores es que esta iniciativa tuviera continuidad. “El balance es muy positivo, ha interesado a mujeres de todas las edades y además ha coincidido con este contexto de crisis en el que el sector agrario está siendo revalorizado y considerado como un valor sólido y con futuro, por lo que hay gente joven que está intentando quedarse en el campo y fortalecerlo”, concluye Emilio González



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