DETALLE DE NOTICIA
09/12/2010
La incorporación de la mujer al ámbito laboral, una asignatura pendiente

Existen 51 categorías profesionales donde la representación femenina es mínima o nula.
ABC. Patricia Abet. La Xunta ha publicado en el DOG un listado con las 51 profesiones en las que la representación femenina es más reducida. Ingenieras, submarinistas, conductoras, marineras, mecánicas y controladoras aéras continúan siendo un bien escaso en la Comunidad.
Pese a los importantes avances vividos en los últimos tiempos, la incorporación de la mujer al ámbito laboral todavía es una asignatura pendiente para muchas sociedades desarrolladas. Unas remuneraciones salariales inferiores a las de sus compañeros y el conocido como «síndrome de la doble jornada», que obliga a muchas mujeres a equilibrar su trabajo fuera del hogar con las tareas domésticas, son algunas de las realidades que históricamente se vienen censurando en pro de unas condiciones de vida paritarias y sin discriminaciones, pero hay más.
Según un estudio elaborado por la Consejería de Trabajo y Bienestar de la Xunta de Galicia, existen más de 51 categorías profesionales en las que la representación femenina es mínima o incluso nula. Estas categorías engloban más de 200 ocupaciones con un número muy escaso de trabajadoras. La naturaleza de estos puestos vedados para la población femenina fluctúa entre los de baja cualificación y aquellos que requieren un alto grado de formación. Y es que, en determinados ámbitos, poco parece importar que las mujeres constituyan a día de hoy un 60 por ciento del censo de universitarios del país, que obtengan más del 50 por ciento de las becas o que ganen más oposiciones que sus rivales varones.
Así, el abanico de profesiones que se resisten a la entrada de la mujer es tan vasto como variado. Socorristas, compositoras musicales, físicas, astrónomas, submarinistas, operadoras de máquinas para fabricar productos farmacéuticos y cosméticos, montadoras, ensambladoras, marineras, mecánicas de motores de avión, encargadas de pompas fúnebres, conductoras de autobús, programadoras informáticas de nivel medio, peones en todas sus ramas, ingenieras superiores (a excepción de las agropecuarias), oficialas maquinistas, trabajadores de servicios de protección y seguridad e incluso controladoras aéreas. Este rosario de profesionales y cuarenta más —que hoy se publican en el Diario Oficial de Galicia— se configuran, a tenor de los datos facilitados por el Gobierno gallego, como categorías con subrepresentación femenina.
Más obstáculos
Para dar un giro a esta situación, la Xunta ha elaborado un preciso informe a través del que pone de manifiesto que la quinta parte de las actividades económicas concentran a más de la mitad de las mujeres afiliadas a la Seguridad Social en la Comunidad gallega. El documento incide también en otros ámbitos que caracterizan el empleo femenino como el alto porcentaje de inactividad —más de la mitad de las personas que están en paro son mujeres— o su mayor rotación laboral.
Los datos también reflejan que la temporalidad y la parcialidad en la contratación afecta más a la población femenina, mientras que los obstáculos que ellas deben superar para acceder a puestos de mayor nivel y responsabilidad se multiplican en comparación con el caso masculino. Así por ejemplo, en la vida universitaria a medida que se avanza en el escalafón la presencia de mujeres docentes va disminuyendo. De este modo, tan solo el 10,6 por ciento de los tribunales de tesis están presididos por una profesora. El porcentaje de catedráticas tampoco sube del 15 por ciento.
Por ello y acuciadas por la crisis económica, las jóvenes de la Comunidad evitan dar el salto al mundo laboral dilatando sus estudios. Esto provoca que el número de mujeres inactivas que han decidido seguir con su formación aumentase en 80.000 el pasado año. De ellas, más del 90 por ciento tenían entre 16 y 24 años, el tramo de edad más afectado por el desempleo. Esta opción también fue adoptada por un alto número de mujeres que sobrepasan los 30 años.
Conscientes de las crecientes dificultades que el público femenino tiene a la hora de emplearse, la Xunta puso en marcha el pasado año una orden para la concesión —en régimen de concurrencia competitiva— de ayudas en materia de trabajo e igualdad para las gallegas. El paquete de medidas aprobado en su día incluía subvenciones para la implantación de planes de igualdad y para el fomento de la conciliación de la vida familiar y laboral, el talón de Aquiles de las sociedades modernas.
Infrarrepresentación
En lo tocante a los ámbitos laborales ocupados predominantemente por hombres, la Consellería de Bienestar apuesta por las subvenciones a las pequeñas y medianas empresas que cuenten con un máximo del 20 por ciento de mujeres en su cuadro de personal. Estas ayudas se restringirán a los sectores de actividad donde la representación laboral femenina sea mínima. Para facilitar a las pymes este proceso y hacer visible el problema de cara a la sociedad, a partir de hoy mismo la concesión de estas ayudas se ceñirá al listado publicado en el DOG.
Por el momento, el sector que más gallegas emplea es el servicios, que en marzo de 2010 ocupaba a un 81 por ciento del total de las trabajadoras. Los puestos más comunes son los de azafata, teleoperadora o dependienta. Además, es el que menos empleo ha destruído. Según una estadística publicada por la Fundación Adecco, el sector industrial también se erige como un generador de empleo femenino, por delante de la agricultura, la hostelería y la construcción, que sólo dio ocupó a un 0,3 por ciento del público femenino.
En cuanto a su jornada laboral, un 73 por ciento de las mujeres gallegas trabaja a tiempo completo, frente a un escaso 26 por ciento que lo hace a tiempo parcial.
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