DETALLE DE NOTICIA
04/07/2012
La mujer copa ya el 50% del colectivo de técnicos y enólogos
Imagen Detalle Noticia
Elnortedecastilla.es J.P. Andrés. Para ellas no hay secretos en el mundo del vino. Sin duda, fue la mesa de mayor calado de la segunda jornada del Curso de Verano de la Universidad Europea Miguole de Cervantes (UECM). Se trataba de confirmar la importancia de la mujer en el mundo del vino. Para ello, seis profesionales -empresarias, enólogas y sumilleres- expusieron sus puntos de vista ante un auditorio mayoritariamente femenino. La bodeguera y enóloga Mariví Pariente recordó cómo en los 90 la presencia de una mujer en la bodega significaba el inicio de la participación femenina y cómo, dos décadas después, representa más de la mitad del colectivo de técnicos y enólogos de toda la región. Solo la viticultura, y las relaciones comerciales, mantienen un tradicional perfil masculino. Todo estaba bien enlazado, desde la moderadora, la periodista Nieves Caballero, coordinadora de Vinos y Gastronomía de El Norte de Castilla, que además pertenece a una familia vitivinícola, con cuyo argumento abrió el debate dibujando el escenario vitivinícola de los años 80 en el que la mujer aún no había entrado en el entramado profesional del vino, salvo en las prácticas culturales y la vendimia tradicional. El anecdotario marcó las primeras intervenciones, entre las que destacó Marta Baquerizo, de Belondrade, quien recordaba la reacción de los viejos viticultores ante las observaciones de una joven técnica recién llegada que daba las órdenes de las prácticas en la viña. Desde el principio quedó claro que el vino no era de ellas ni de ellos y, desde distintos puntos de vista, se desbarató esa opinión generalizada que confiere a la mujer unas cualidades especiales y diferentes en relación a la elaboración de un vino. En este sentido, Carmen Rodríguez Galván, de la Estación Enológica de Castilla y León y jueza internacional de concursos de vinos, fue tajante: «No hay ninguna diferencia, ni fisiológica, ni técnica, ni profesional; un vino se elabora bien o mal, indistintamente del género». En la mesa también se deshicieron los tópicos que enmarcan a la mujer consumidora con gustos o preferencias por vinos más ligeros. Beatriz Fernández, sumiller, bodeguera y resposable de marquéting de la bodega Liberalia, coincidió con la también sumiller Noemí Martínez, del restaurante Trigo, en que las preferencias de consumo no entienden de género y que un consumidor informado se decanta por cualquier tipo de vino aunque. Ambas reconocieron, que hubo un tiempo en el que los gustos de la mujer se decantaban entre los vinos más suaves y ligeros, entre ellos los blancos. María Berzal, de la bodega Díez Bayo, insistió en la integración normal de la mujer en el mundo de la enología. No obstante, todas se lamentaron de la escasa presencia de mujeres en el mundo de la cata dentro de los jurados de los concursos, aclarando que las féminas son mayoría en los paneles de cata de las denominaciones de origen de la región en la actualidad, pero no hace unos años. Por otro lado, se aceptó tímidamente que algunas bodegas sigan utilizando términos para referirse a vinos ligeros como femeninos; en este sentido, se admitió que se trata de una argucia fijada en los modelos comerciales.



VER MÁS NOTICIAS / LISTADO DE TODAS LAS NOTICIAS