DETALLE DE NOTICIA
28/04/2011
La OCDE confirma el fracaso de la política familiar española

Los datos constatan la ausencia de perspectivas para mujeres y jóvenes.
JUAN PEDRO QUIÑONERO. ABC. El informe de la OCDE sobre políticas de la familia confirma la tendencia «suicida» del modelo estatal español: baja natalidad, modestísima eficacia de las malas políticas gubernamentales, familias amenazadas por la crisis y la ausencia de ayudas eficaces, incompatibilidad entre vida familiar y vida laboral, incremento del paro, ausencia de perspectivas para las mujeres y los jóvenes.
En materia de fecundidad, las mujeres españolas tienen uno de los índices más bajos entre todas las democracias industriales: apenas 1.4 niños por mujer, cuando la media de la OCDE es del 1.74. En verdad, la natalidad es un «arma» de progreso y prosperidad colectiva, en los grandes países que saben conciliar la vida familiar, la natalidad y la producción de riqueza. En países como Francia o los EE.UU., Israel o Turquía el índice de fecundidad es superior a los 2 niños por mujer. Los países con baja natalidad están amenazados por el envejecimiento, más allá de las apariencias de una prosperidad amenazada. Es el caso de países como Alemania, Italia, Polonia o el Japón, con una fecundidad femenina que oscila entre el 1.36 y el 1.41.
En el caso español, la modestísima fecundidad agravará los problemas de la seguridad social y privará a la sociedad de hombres y mujeres jóvenes. Entre el 2003 y el 2007, subraya la OCDE, el gasto público consagrado a las familias por el Estado español apenas ascendió al 1.6 por ciento del PIB, cuando la media de la Organización es del 2.2 por ciento. En Francia y el Reino Unido, las ayudas públicas a las familias ascienden al 3.7 y el 3.6 por ciento.
Sin guarderías
Muchos países, como Francia, han convertido la política familiar (ayudas, apoyo y cobertura social, con mayor natalidad) en «palancas» de movilidad social colectivas. En España, por el contrario, la baja natalidad y el comportamiento del Estado tiene un costo social catastrófico: mala integración de la mujer en la vida económica, difícil compatibilidad entre vida familiar y vida laboral, malas ayudas a niños y adolescentes, favoreciendo el incremento del paro juvenil. A juicio de la OCDE, las malas políticas de Estado tienen un efecto «perverso» para las familias y para la sociedad.
La escasez de las ayudas y su mala distribución son una «traba» al crecimiento y libertad de las familias: los niños tienen peores cuidados (con menos guarderías), las madres deben consagrar más tiempo a los trabajos domésticos (cinco horas diarias, cuando los padres apenas dedican dos). El informe también denuncia que la atención de los niños fuera del horario escolar es limitada y muchos padres de familia trabajadores dependen del cuidado informal: aproximadamente una cuarta parte de los abuelos en España cuida a sus nietos a diario.
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