OPINIÓN AMFAR
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700 mujeres asesinadas en España
22/11/2013 LOLA MERINO (Presidenta de AMFAR)
25 de noviembre, Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, una fecha que merece una reflexión social colectiva. 700 mujeres han sido asesinadas en la última década en España. Un dato escalofriante que pone de manifiesto que la violencia que se ejerce contra las mujeres está presente en nuestras vidas. No es cosa del pasado ni de otra etapa histórica. Es la realidad que debe afrontar una sociedad democrática, libre e igualitaria como la española. La violencia que sufren las mujeres es un atentado contra la dignidad humana, una vulneración de los derechos humanos y la mayor manifestación de discriminación femenina que atañe no sólo a las 44 mujeres españolas, el 45% en el ámbito rural, que han sido asesinadas en España en lo que va de año, sino a toda la sociedad. La frialdad de una cifra nos dificulta valorar la relevancia que tiene esta lacra social. Cada cifra tiene rostro de amargura, de dolor, de desigualdad. Cada cifra tiene nombre y apellidos, familias rotas, proyectos e ilusiones truncados. Cada cifra esconde la impotencia de una sociedad, como la española, que no consigue acabar con esta lamentable situación. Por este motivo, como presidenta de la Federación de Mujeres y Familias del Ámbito Rural (AMFAR), quiero expresar, en mi nombre y en el de las 90.000 mujeres afiliadas a esta organización, nuestra más rotunda condena y repulsa a la violencia que se ejerce contra las mujeres. Una situación que reclama respuestas gubernamentales y sobre todo, medidas de prevención que pongan fin a los atentados que se ejercen contra las mujeres, como es la Estrategia Nacional para la Erradicación de la Violencia contra las Mujeres 2013–2016 aprobada por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, que recoge por primera vez un capítulo específico para la prevención de la violencia en el ámbito rural. Este documento es un instrumento vertebrador de 284 medidas para la actuación coordinada de los poderes públicos con el objetivo de romper el silencio que es cómplice de la violencia, visibilizar todos los tipos de violencia, formar y sensibilizar a todos los agentes implicados, evaluar, seguir y erradicar este lacra social y sobre todo, atendiendo a los colectivos más vulnerables, como es el caso de las mujeres rurales. La Estrategia Nacional sostiene que casi el 17% del total de mujeres que declaran haber sufrido maltrato residen en las zonas rurales españolas. Además, asegura que la residencia en los municipios rurales condiciona la denuncia de la violencia de género, hasta el punto de hacerla casi inexistente. Por ello desde AMFAR, insistimos en la prevención de la violencia y aplaudimos los recientes esfuerzos presupuestarios que permiten poner al servicio de las mujeres nuevas herramientas como es el caso de la asistencia jurídica gratuita durante todo el proceso de denuncia y la puesta en marcha de esta Estrategia Nacional que cuenta con un presupuesto total de 1.530 millones de euros para el desarrollo de actuaciones de prevención, sensibilización, coordinación institucional y administrativa y la asistencia a los colectivos más vulnerables durante los próximos tres años. Por último, desde AMFAR animamos a las mujeres a romper el silencio, a denunciar. Les brindamos todo nuestro apoyo y el acompañamiento necesario para dejar de sufrir. Les ofrecemos nuestro consejo y respaldo para acabar cuanto antes con la violencia que se ejerce contra las mujeres.
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Vive y ¡Viva Ciudad Real!
14/08/2013 LOLA MERINO (Presidenta de AMFAR)
Ciudad Real está viva. Vivas están sus gentes y sus barrios, su cultura, sus asociaciones y agrupaciones culturales, y vivas están también sus fiestas, como no podía ser de otra forma. Los ciudadrealeños vienen demostrando que están más involucrados que nunca con su ciudad. Celebración tras celebración, podemos enorgullecernos de convivir en una capital que alberga a unos vecinos implicados y comprometidos con todo lo que en ella acontece. Carnaval, Semana Santa, Feria de Abril, las fiestas de los barrios, la Noche Blanca, o la reciente Pandorga, ejemplos todos más que evidentes de que esta ciudad se mueve, vive y respira en cada rincón y en cada fiesta, y que sabe disfrutar unida de todas y cada una de nuestras tradiciones, y de las que, al fin y al cabo, son nuestras señas de identidad. Estos días nos preparamos para celebrar la Feria, la semana grande de nuestra ciudad. Como presidenta provincial y nacional de AMFAR, y concejal de Promoción Económica, Empleo y Turismo del Ayuntamiento de Ciudad Real, quiero recordar a todos los ciudadrealeños, que estos días son la expresión esencial de nuestras tradiciones más arraigadas, y por supuesto, el momento propicio para el reencuentro y la convivencia. Son días también días de devoción a nuestra patrona, la Virgen del Prado. Quisiera aprovechar estas líneas para unirme a todos los vecinos que la honrarán en estas fiestas en las distintas celebraciones, arropándola y dándole el mimo y el cariño que se merece como Patrona y Madre de la ciudad. Os animo a continuar participando tan activamente en todos los actos religiosos y lúdicos que vamos a celebrar estos días de Feria. Será una semana repleta de actividades para volver a demostrar nuestro compromiso con Ciudad Real, y todo ello con el objetivo de ensalzarlas y ofrecer lo mejor a los familiares y amigos que nos visitan, y por supuesto a nosotros mismos. Os deseo que viváis estas fiestas con intensidad y alegría, junto a todas vuestras personas queridas, y además, os invito a que sigáis demostrando que Ciudad Real está muy viva. ¡Viva la Virgen del Prado! ¡Viva Ciudad Real!
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¿Por qué no se callan?
23/04/2013 LOLA MERINO (Presidenta de AMFAR)
El director de Fenavín, Manuel Juliá, publicaba hace unos días un injurioso artículo de opinión contra la caza, aprovechándose de la terrible tragedia que tuvo lugar en Manzanares y que nos conmocionó a todos. El director de Fenavín se tiró al monte y achacó el terrible suceso a que el asesino era un cazador, y por tanto, no lo soliviantaba ni el sonido de la dinamita ni el olor pastoso de la sangre. El asesino estaba acostumbrado al rito, argumentaba Manuel Juliá, aunque detrás del cañón estuvieran sus hijos y su suegra. Palabras crueles y despiadadas hacia el colectivo de cazadores de Castilla-La Mancha. Palabras que no me sorprenden, conociendo de donde proceden. Y es que atacar a los cazadores se ha convertido en una práctica habitual de algunos socialistas de esta región. Esto mismo ocurrió con el que fuera presidente de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, José María Barreda, quien utilizó el telediario nacional de TVE, en hora de máxima audiencia, para divulgar el reportaje A la Caza del Sexo. Ignoro el objetivo que perseguía, el entonces presidente Barreda, con la difusión de dicho documental, pero a todos los que lo vimos nos quedó claro que Castilla-La Mancha albergaba la mayor concentración de burdeles de España y que éstos vivían gracias a los cazadores. El documental puso en la picota a todo un sector económico, ya que acusaba a los cazadores de no ir realmente de caza, sino de ser ésta una coartada para irse de putas. Así de claro. Vamos…que no sacaban ni el rifle ni la escopeta del coche durante el fin de semana. Fue otro ataque alevoso, premeditado y con publicidad a los miles de cazadores y a todos los que defendemos esta actividad como fuente de riqueza, de conservación del medio y de generación de empleo en muchos de nuestros municipios, sobre todo los más deprimidos. Y una vergüenza para los que somos de Castilla-La Mancha, el corazón cinegético de España. Con aquel reportaje, algunos trataron de convencernos de que la caza no es una alternativa económica sino una economía del alterne. Ya ven, esta es la defensa real que hacen algunos propagandistas desde la Diputación de Ciudad Real de un sector estratégico de nuestra provincia y de nuestra región,… con abogados defensores así... ¿Quién necesita más enemigos?. Y yo me pregunto, pero ¿por qué no se callan?
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La nueva PAC frente a los jóvenes y las mujeres
11/11/2012 CRISTINA CLAVELL (Presidenta de AMFAR Cataluña)
La reforma de la PAC 2014-2020, es una de las reformas más ambiciosas que se han hecho desde que se concibió el año 1962, ya que se tienen en cuenta conceptos que hasta ahora no se habían hablado como el agricultor activo, las tarifas planas para homogeneizar las ayudas a nivel de toda la Unión Europea (UE), el greening –la ayuda a las prácticas sostenibles y ecológicas- y finalmente la desaparición de los derechos históricos. Como todas las reformas tienen propuestas que son bienvenidas y otras que no lo son tanto, como por ejemplo el greening, ya que en una región como la nuestra con la agricultura tan intensificada y cultivos arbóreos estas medidas no serían de fácil aplicación. Pero nos gusta que hayan incorporado el concepto de agricultor activo y el capping, ya que es una medida que debe ayudar a que las ayudas sean destinadas a los productores (agricultores y ganaderos) que realmente lo necesitan, ya que hasta ahora se perdían muchos fondos en empresas que no pertenecían al sector agroalimentario cobrando ayudas estratosféricas. Agradecemos también la aparición de las líneas de ayudas a las incorporaciones de jóvenes agricultores tanto en el primer como en el segundo pilar, creemos que es vital ayudar a los jóvenes a incorporarse. En cuanto a la desaparición de los derechos históricos aquí hay trabajo digerir, ya que es una oportunidad para todas aquellas mujeres y jóvenes que quieran incorporarse, ya que las ayudas irán en función de la superficie declarada en la DUN 2014, esto quiere decir que las personas que hasta hoy tenían explotaciones agràrias sin sus derechos, podrán cobrar la subvención que les corresponde y la dejarán de cobrar las personas que sólo disponen de derechos y no de las tierras, que hasta hoy pasaba, demasiado a menudo. Por otra parte, esta medida ha hecho subir la especulación en este sector y hoy hay zonas que los agricultores no pueden acceder a comprar más tierras para ampliar sus explotaciones o de otros que no pueden incorporarse debido a que no pueden permitirse los elevados precios a que se hacen cotizar terrenos que hace muchos años que no se trabajan. En cuanto a las tarifas planas y a la ayuda a las explotaciones pequeñas, reconocemos un avance con respecto a los trámites burocráticos, ya que tienen pensado reducirlos a la mínima expresión, que hasta hoy han aburrido a tantas y tantas mujeres y jóvenes, que tienen más trabajo a ordenar y llevar al día tantos trámites administrativos. Con esta medida reduciremos esta pesada carga de las explotaciones pequeñas. Las tarifas planas ayudarán a que las explotaciones puedan contar con un mínimo ingreso fijo anual para cada agricultor, que pese a la volatilidad de precios saben que tienen una renta mínima anual. Todo ello se encuentra en un marco de fuertes cambios sociales, económicos y quedamos a la espera de los nuevos presupuestos y, por tanto, de la resolución definitiva, con las modulaciones pertinentes a drásticos cambios que se han propuesto y, a la fecha de La entrada en vigor definitiva de la nueva política agraria común.
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Aún quedan barreras por derribar
17/10/2012 MANUELA REDONDO LUIS (Presidenta de AMFAR Valladolid)
Acabamos de celebrar el Día Mundial de la Mujer Rural con alegría porque después de mucho tiempo peleando por fin se consiguió un objetivo largamente buscado: la titularidad compartida en las explotaciones agrarias que permitirá que las mujeres tengan los mismos beneficios y derechos que sus parejas. Un primer paso que restituye una larga injusticia con muchas mujeres cuyo trabajo ayudando a sus maridos en las explotaciones no era reconocido. Pero todavía quedan muchas barreras por derribar, una de ellas es el acceso a Internet en los pueblos. A pesar de la modernización emprendida en muchos rincones de nuestra comunidad, es imposible conectarse a Internet con una calidad de conexión aceptable. Internet, hoy en día, es una ventana al mundo para poder vender tus productos desde tu localidad al resto del globo y lamentablemente en muchos pueblos al no tener acceso se esta cortando de raíz la posibilidad del autoempleo. No estoy hablando de localidades remotas sino de poblaciones que están a tan sólo 28 kilómetros de la capital. La mujer del medio rural, por idiosincrasia, es activa, vital y muy cooperativa, tiene muchos recursos a su disposición que le ofrece su entorno para producir alimentos de calidad como quesos, vinos, miel, pan, magdalenas o productos artesanales de gran valor añadido pero en el momento de la verdad no puede abrir su “tienda online”, no porque no sepa porque para eso no encargamos en AMFAR, sino porque no tiene acceso a Internet. En los pueblos falta también muchos servicios, ya no se trata quizá de tener un médico o una escuela en cada pueblo cuando eso es materialmente imposible pero es necesario que haya una infraestructura para que nuestras personas se puedan desplazar para que tengan, ya no los mismos servicios que en una ciudad, pero si al menos los mínimos exigibles. En el medio rural estamos orgullos de ser mujeres rurales, nos gusta nuestro entorno y nuestros pueblos por eso luchamos día a día porque sigan con vida. En AMFAR Valladolid mediante cursos de formación, talleres y actividades culturales formamos y tratamos defender sus derechos, alzar su voz, y que se conozca cuál es la situación socio laboral de las mujeres rurales de nuestro país.
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15 de octubre, Día Mundial de la Mujer Rural
15/10/2012 LOLA MERINO (Presidenta de AMFAR)
Hoy, 15 de octubre, se conmemora el Día Mundial de las Mujeres Rurales. La Federación de Mujeres y Familias del Ámbito Rural, AMFAR, que fue pionera en España en la celebración de esta efeméride en el año 1997, ha organizado una veintena de actos en distintos puntos de la geografía nacional para poner de relieve la importancia de la labor desarrollada por las mujeres en la economía familiar, el desarrollo rural y el campo español. Un trabajo esencial para el mantenimiento de las zonas rurales, que además se ha convertido en el principal instrumento de fijación de población, empleo y biodiversidad. En España viven casi seis millones de mujeres rurales que representan la tercera parte de la sociedad española femenina. Un colectivo que tiene una estrecha vinculación con el sector agrario, ya que según datos del Ministerio de Agricultura, uno de cada cuatro profesionales del campo es mujer. Lo que representa el 26% de los trabajadores del sector agrario español. Un dato revelador en el sentido de que no representa la verdadera dedicación de las mujeres en las explotaciones agrarias, ya que no incluye a más de 700.000 mujeres, según datos gubernamentales, que estarían realizando labores agrícolas en calidad de “ayuda” o “colaboración familiar”. Nuestra sociedad rural está fuertemente envejecida y masculinizada, de hecho, los mayores de 65 años en las zonas rurales doblan a la media nacional. Concretamente, uno de cada seis habitantes rurales tiene más de 70 años, una cifra que se hace más extrema cuanto más pequeño es el núcleo de población. La media de edad de las mujeres rurales ronda los 55 años y cada vez nacen menos niños y se tienen más tarde. Además de ser más numerosos los mayores y personas dependientes que requieren cuidados sanitarios y atención especializada. Ante esta situación, la juventud rural no está dispuesta a arriesgar tanto como han arriesgado las generaciones anteriores. La escasa valoración del trabajo desempeñado por las mujeres rurales ha supuesto que muchas de las más jóvenes hayan decidido irse de los pueblos en busca de formación y un trabajo remunerado. Lo que pone de relieve la urgencia de invertir en las mujeres como verdaderos agentes de desarrollo rural y generación de empleo. Debemos ser cómplices con el espíritu emprendedor de las mujeres y ayudarles a crear empresas en el medio rural. El impulso a este espíritu emprendedor, lleva aparejada la puesta en marcha de las medidas y políticas activas necesarias que faciliten la apertura de sus negocios, propiciando la creación de puestos de trabajo, fijando la población y dinamizando el entorno. Estoy firmemente convencida de que esta promoción del autoempleo y del espíritu emprendedor de las mujeres rurales es posible en el mundo rural. Un convencimiento que también tienen las propias mujeres que son conscientes de los recursos y posibilidades que les ofrece su entorno, y están dispuestas a aprovechar como nuevas oportunidades de negocio y empleo. Con la confianza de que seguiremos avanzando en la igualdad de oportunidades, aprovecho la ocasión para rendir un merecido homenaje a los casi seis millones de mujeres rurales españolas que solo con su presencia están garantizando la vida y la supervivencia del 80% de nuestro territorio y para reclamar el reconocimiento justo y merecedor de su labor.
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Mujeres y desarrollo sostenible
04/07/2012 MICHELLE BACHELET (Directora ejecutiva de Naciones Unidas)
La Cumbre de la Tierra «Rio+20» de las Naciones Unidas del pasado mes ha sentado las bases para trazar el camino hacia economías que trabajen por la igualdad social y la protección medioambiental. Por esta razón, en la cumbre el desarrollo sostenible ha estado en el centro de la agenda global. Ya resulta claro que no es posible lograr desarrollo sostenible sin energía sostenible. En efecto, el acceso a la energía fomenta el desarrollo en varios niveles, notablemente en términos de las mujeres, su salud, su seguridad y su autonomía. Al reconocer lo anterior, la ONU ha declarado 2012 año de la Energía Sostenible para todos y el secretario general Ban Ki-moon ha puesto en marcha una iniciativa global con tres metas ambiciosas para 2030: el acceso universal a servicios de energía modernos, la duplicación de la tasa global de mejoramiento de la eficiencia energética y la duplicación de la participación de la energía renovable en el total de la energía global. Estos temas son globales, pero en todas partes del mundo la energía es un asunto que es importante para las mujeres. Puede significar la diferencia entre la seguridad y el temor, la libertad y la servidumbre, e incluso la vida y la muerte. En muchos lugares, particularmente en zonas rurales, las mujeres dedican muchas horas del día a buscar combustibles donde sea, a falta de fuentes de energía sostenible. A nivel global, 1.300 millones de personas aún no tienen acceso a la electricidad y 2.700 millones, mujeres en su mayoría, utilizan madera, carbón y estiércol para cocinar. Todos los días las mujeres toman decisiones difíciles sobre los recursos energéticos y su uso, ya sea cuando salen a buscar madera, lo que las puede exponer a riesgo de violación, como cuando gastan sus escasos recursos en queroseno para obtener una iluminación ineficiente y humeante. También son las mujeres las que padecen los efectos desproporcionados sobre la salud de las fuentes de energía no sostenibles. La exposición al humo producido por métodos peligrosos de cocinar, calentar e iluminar mata a casi dos millones de personas al año, 85% de las cuales son mujeres y niños que mueren a causa de cáncer, infecciones respiratorias y enfermedades pulmonares que se relacionan con estas prácticas. Muchos millones más padecen enfermedades derivadas de la exposición. A nivel comunitario, la falta de energía en clínicas obstaculiza la capacidad del personal médico para proporcionar tratamientos y cuidados adecuados. Se calcula que entre 200.000 y 400.000 establecimientos de salud en países desarrollados no tienen acceso confiable a la electricidad. Esto significa que las vacunas y la sangre no se pueden almacenar de forma segura, el equipo para el diagnóstico a menudo no sirve y las salas de operación no funcionan de noche. Esta falta de electricidad significa un riesgo para las vidas de las mujeres embarazadas y sus bebés. A nivel mundial, 800 mujeres mueren diariamente debido a complicaciones del embarazo y el parto, y la gran mayoría de esas muertes podrían evitarse con servicios de salud de calidad, para los cuales normalmente se necesita la electricidad. El trabajo no remunerado que las mujeres realizan durante largas horas todos los días en busca de madera y otras fuentes de energía les quita tiempo para participar en actividades más productivas. Eso a la vez, priva a las familias pobres de ingresos que necesitan urgentemente. No hay motivo para que esa situación continúe. En Kenia, el uso de estufas mejoradas ha reducido los requerimientos de madera combustible en aproximadamente 40%, lo que no sólo ha reducido la carga de trabajo no remunerado de las mujeres y la deforestación sino que también ha permitido que las mujeres dediquen tiempo a la educación, la capacitación y el empleo remunerado, de modo que también se reducirá la pobreza. El suministro de energía sostenible para todos también creará nuevas oportunidades para las mujeres en otras partes. La energía solar puede alimentar la iluminación, el bombeo de agua, la refrigeración y la electrificación de centros de salud, escuelas y otros servicios públicos en poblados enteros. Además, la energía renovable puede ofrecer una visión externa, mediante el acceso a teléfonos celulares, internet, radio y televisión y también suministrar la energía para pequeñas, medianas y grandes empresas. Además, la disponibilidad de iluminación exterior puede prevenir la violencia contra mujeres y niñas. Obtener una energía sostenible para todos requiere de la participación plena de las mujeres. Los casos de la India y Nepal indican que la participación de las mujeres en el proceso de toma de decisiones está relacionada con una mejor gestión ambiental local. Además, según un estudio global, los países que tienen una representación más elevada de las mujeres en el parlamento suelen estar más dispuestos a ratificar tratados ambientales internacionales. Como se establece en la Declaración de Río de la primera Cumbre de la Tierra en 1992: «Las mujeres desempeñan un papel fundamental en la ordenación del medio ambiente y en el desarrollo. Es, por tanto, imprescindible contar con su plena participación para lograr el desarrollo sostenible». Veinte años después, cuando lo que está en juego es más, ya no podemos darnos el lujo de no actuar. Por esta razón ponemos en el centro de las discusiones y asociaciones el principio de igualdad de género para lograr una energía renovable para todos para 2030. Michelle Bachelet Ex presidenta de Chile. Directora ejecutiva de las Naciones Unidas Copyright: Project Syndicate, 2012
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Por la mujer rural, sin excusas
09/03/2012 MARíA TERESA RESINA (Presidenta de AMFAR Ávila)
Las mujeres corremos el riesgo de ser invisibles, siluetas oscuras a la sombra de una mentalidad arcaica. Me refiero a las injusticias pendientes que tienen nombres como brecha salarial y discriminación, y a lacras como la violencia machista y desigualdad. Una situación que nos mantiene en estado de permanente alerta, de reivindicación constante para hacernos valer. Y así queremos expresarlo y lo expresamos en el Día Internacional de la Mujer. Echando la vista atrás, son muchas las batallas ganadas; la relevancia en la vida pública además de en el ámbito privado, la presencia cada vez más frecuente en los ámbitos empresarial y político… la evolución en las últimas décadas ha sido pasmosa. El último hito es la Ley de Titularidad Compartida aprobada el año pasado, que a pesar de no ser suficiente, es un avance más hacia la consecución de la igualdad. Hemos dado un paso de gigante, pero desde aquí reclamamos que la tremenda crisis económica que padecemos no haga mella en el camino que la ciudadanía en general ha comenzado hace años. El modelo comenzado a seguir debe ser mejorado, desde la exigencia de que así sea por parte de todas las Administraciones competentes. Sin medias tintas, con un apoyo decidido a la mujer y con ella a toda la sociedad. Un modelo que reconozca en una visión global el papel que a la mujer le corresponde en la sociedad, y en lo particular el que cada una de las miles de mujeres de la provincia quiera desempeñar. No miremos para otro lado, achacando a las dificultades económicas lo que en realidad esconde la falta de voluntad política. Requerimos el compromiso firme de las instituciones para que las acciones que fomentan la igualdad a nivel provincial y regional no desaparezcan, teniendo en cuenta que las mujeres del ámbito rural sufren una doble discriminación por habitar en pequeños municipios con muchas menos oportunidades que en el medio urbano, sin infraestructuras de comunicación ni telecomunicaciones. Una realidad que existe y ante la que las mujeres rurales pedimos apoyo para, además, seguir manteniendo la vida en nuestros pueblos. Ojalá llegue el día en que no existan ‘Días Internacionales’, porque significará que la sociedad se ha ganado los calificativos de avanzada y justa. Hasta entonces, aquí estamos para seguir recordándolo, y trabajando en pro de su consecución. No podría ser de otra manera. Llevamos en nuestro ADN la defensa de las mujeres y familias del ámbito rural.
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La mujer, pilar de la familia y del mundo rural
07/03/2012 LOLA MERINO (Presidenta de AMFAR)
La mujer rural española es un colectivo de casi 5 millones, con una media de edad de 50 años, casada y con hijos. La mayoría de ellas se declara “ama de casa”. En el sector agrario trabajan como titulares de explotación un total de 500.000 mujeres que suponen el 29% de los titulares de explotación en España, aunque se estiman en más de 750.000 mujeres, las que en calidad de “ayuda familiar”, dedican una parte importante de su tiempo a sacar adelante las explotaciones agrarias. Estas 750.000 mujeres, según un estudio realizado por el Instituto de la Mujer, aportan un total de 770 millones de horas anuales a labores agrícolas y ganaderas, de las que el 78% no son retribuidas. Desde AMFAR, Federación de Mujeres y Familias del Ámbito Rural, hemos trabajado duramente para que se dignifique el trabajo que desempeñan estas mujeres y conseguir una verdadera equiparación de derechos con los profesionales del campo. Una reivindicación que ha calado en el Gobierno nacional ya que por fin, las mujeres del campo podrán disfrutar de la igualdad que les corresponde por derecho a través de recién aprobada Ley de Titularidad Compartida de las Explotaciones Agrarias, que entró en vigor el pasado 5 de Enero de 2012. Hasta ahora, el trabajo de las mujeres era considerado como “extensión de las tareas domésticas” y su estatus laboral se definía más por la relación familiar que ostenta con el titular de la explotación (esposa, hermana o hija) que por el trabajo que desempeñaba en la explotación. La incorporación de la mujer al mundo laboral ha sido uno de los grandes hándicap del colectivo femenino rural, pero no es el único. Existen otros muchos aspectos que dificultan su avance hacia la igualdad efectiva con respecto a los hombres. La solución pasa, entre otras cuestiones, por un cambio de mentalidad. El mundo rural vive todavía inmerso en una sociedad mucho más tradicional, en la que la mujer sigue ocupando un segundo plano. Además, hemos de esforzarnos en dar una imagen real de lo que es el mundo rural español. Desgraciadamente sigue existiendo un gran desconocimiento de la vida en los pueblos, lo que constituye un freno añadido para alcanzar nuevas metas en todos los aspectos de la vida social, económica y cultural. La última Encuesta de Población Activa desvela que más de un millón y medio de familias se encuentran con todos sus miembros en el paro. Todas ellas tienen graves problemas económicos para llegar a fin de mes, y donde la mujer, pilar básico de la familia, representa el apoyo, las palabras de aliento y la fortaleza para salir adelante. Esta crisis ha forzado a miles de amas de casa a buscar un puesto de trabajo fuera del hogar. Mujeres que hasta ese momento se encargaban de las tareas domésticas y del cuidado de todos los miembros de la familia: de los hijos, los nietos, de los mayores, de los enfermos, discapacitados, o dependientes y que ahora buscan salir adelante complementando su jornada con otro trabajo remunerado. Y en pleno siglo XXI, las mujeres seguimos reclamando que se conozca nuestra verdadera situación laboral. A día de hoy se sabe poco de nuestra realidad. Se desconoce cómo nos afecta la crisis económica o el paro, o los problemas que tenemos para encontrar un puesto de trabajo que pueda ser compatible con nuestra actividad familiar diaria. Tenemos escasa participación en los órganos de decisión y problemas de acceso a las nuevas tecnologías de la comunicación. Sin embargo, desde AMFAR afirmamos sin miedo que las mujeres son vitales para el mantenimiento de la vida en los pueblos y de las explotaciones agrarias. La mujer rural es el pilar sobre el que se sustenta una familia y por extensión un municipio, por lo que es imprescindible atender sus necesidades para frenar el envejecimiento, la emigración y por tanto, fijar la población. Con motivo de la celebración del Día Internacional de la Mujer, el próximo 8 de marzo, la Federación de Mujeres y Familias del Ámbito Rural (AMFAR) alza su voz para reclamar un mayor y mejor aprovechamiento de los recursos que tienen las zonas rurales para conseguir un desarrollo rural sostenible y que las mujeres y los jóvenes sean los protagonistas de dicho desarrollo. Con esta medida, sería posible un mundo rural activo, dinámico, con capacidad de generar empleo y fijar la población, para ello es necesaria la implicación de las mujeres y de los jóvenes y un compromiso verdadero de las instituciones que los acompañen en la puesta en marcha de sus iniciativas emprendedoras. Nos hemos preocupado de la formación de nuestros hijos y también de la nuestra, pues estamos apostando fuerte por aprender y emprender en el mundo rural con el objetivo de ser independientes económicamente, de generar empleo y garantizar así la supervivencia del pueblo que nos ha visto nacer y crecer. Las mujeres no podemos ni debemos renunciar a nuestra condición de madres por el mero hecho de tener que desempeñar un puesto de trabajo. La revolución igualitaria en el mundo laboral debe pasar por permitir que hombres y mujeres, padres y madres podamos conciliar la vida laboral y familiar. Aunque tampoco debemos olvidar que una de las grandes barreras que tradicionalmente han impedido la plena participación de las mujeres ha sido la concepción machista de la sociedad que asignó distintos roles y funciones a hombres y mujeres, relegando a estas últimas al desempeño casi exclusivo de las tareas del hogar. Un reparto de roles que aún sigue existiendo y que es el germen de la desigualdad. Una desigualdad que llega a alcanzar su máxima expresión en la violencia ejercida contra la mujer. Por todo ello, en un día como hoy, Día Internacional de la Mujer, debemos solidarizarnos con la mujer rural y defender sus intereses, porque también son los nuestros.
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Por la igualdad real
17/10/2011 MARíA TERESA RESINA (Presidenta de AMFAR Ávila)
Un avance para la mujer rural, pero no la mejora definitiva que seguimos esperando. La Ley de Titularidad Compartida de las Explotaciones Agrarias, aprobada recientemente en el Congreso de los Diputados, reconoce al fin el trabajo invisible que un vasto colectivo venía ejerciendo en los pueblos de nuestra provincia desde siempre, por lo que inequívocamente favorece la igualdad efectiva de género en el medio rural, con la mujer como eje central en torno a la que se articulan las propuestas, lo que desde luego ni siquiera contempla la propuesta de reforma de la Política Agraria Comunitaria (PAC) presentada por la Comisión Europea. Una PAC excluyente que aleja y desatiende a las mujeres rurales, y que además potencia explotaciones alejadas de la competitividad, con medidas como el ‘reverdecimiento’ de las ayudas, lo que es igual a más gastos para la explotación agrícola o ganadera, y de la productividad y eficacia, ya que penaliza a los cultivos más productivos. Una PAC verde y alejada del modelo de agricultor activo, una PAC que ignora a las mujeres y por tanto al aspecto clave y generador de riqueza y vida en el mundo rural. No seamos complacientes, no pensemos que está todo hecho. Para empezar, la Ley de Titularidad Compartida, una vez que al fin es una realidad, no puede quedarse en papel mojado, en un mero registro elaborado a base de nombres y apellidos. Son necesarios más incentivos económicos para que la mujer que habita en los pueblos de nuestra provincia pueda permanecer definitivamente, generar riqueza y evitar la despoblación, uno de los grandes males de nuestros municipios en el Siglo XXI. El paso definitivo son las ayudas reales, la rebaja de impuestos para facilitar la incorporación de la mujer a la actividad económica rural, evitar la emigración y que incluso anime a los jóvenes a retornar a sus pueblos de origen. Más allá de generalidades, exigimos la aplicación de la discriminación positiva para que cualquier mujer, independientemente de su edad y del tiempo cotizado, pueda acceder a la jubilación, de tal manera que incluso cuando la trabajadora no haya cotizado el periodo mínimo exigido, éste debe ser complementado por el Gobierno español, con el fin de corregir esta injusticia histórica. No necesitamos palabras de aliento ni miradas condescendientes. Queremos actuaciones eficaces con medidas reales para que la mujer rural tenga similares oportunidades a la del entorno urbano. Pedimos a los partidos políticos que concurren a las elecciones del 20-N visión de futuro para que incluyan en sus programas y después lleven a la práctica actuaciones de apoyo a la mujer rural. Sin mujeres el medio rural estará agotado. Con ellas los pueblos tienen la oportunidad de recuperar su esplendor pasado.
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