
De los 174 municipios de La Rioja, 74 tienen menos de 500 habitantes. Hay pequeños municipios en los que no se ha detectado ningún caso de COVID-19. Aún así los vecinos cumplen con las medidas de seguridad y salen de sus casas sólo para lo imprescindible. Están acostumbrados durante varios meses del año -los del crudo invierno- a vivir dentro de las casas cuando la nieve y el frío dificultan cualquier labor.
En las panaderías de las zonas rurales se sigue trabajando e incluso han aumentado su producción un 10%. Durante el estado de alarma pasan por los pequeños pueblos de la Sierra de los Cameros cada dos días para evitar que la gente salga a diario de sus casas.
En el mundo rural se vive de una manera diferente el estado de alarma, pero sin relajación en cuanto a las medidas. Son pueblos tranquilos cuya vida solo se altera los meses de verano cuando aumenta su población con los turistas y los descendientes de quienes a los largo del siglo XX fueron abandonando los pueblos en busca de mejores condiciones de vida y trabajo en las ciudades.
Nos hemos asomado a algunos pueblos del Camero Viejo para comprobar cómo están pasando allí los días de aislamiento. La precariedad de los servicios básicos en el mundo rural, junto a la brecha digital con las ciudades de los valles, son algunos de los problemas.

Un grupo de veterinarios gallegos pone en marcha una interesante iniciativa que tiene por objetivo blindar el rural y a las personas que lo habitan frente al Covid-19.
Después de analizar los puntos críticos estas últimas semanas y de comprobar que en las aldeas existen ciertas rutinas que la gente mayor no acaba de interiorizar, como la prevención de los riesgos existentes en lugares de uso común (tiendas, centros de salud, farmacias, etc.), llegaron a la conclusión de que es necesario insistir de forma más directa y sencilla, una tarea para la que piden la colaboración de todo el mundo.
¿En qué consiste la iniciativa?
- Se elaboró un cartel de “PUNTO ROJO”, que ya se ha repartido por los locales actualmente abiertos (bancos, farmacias, centros de salud, tiendas de alimentación, estancos…) de varios ayuntamientos de A Coruña y Lugo, con la idea de que lo coloquen en lugares bien visibles.
- Se difunde la imagen del cartel entre los vecinos (a través de grupos de WhatsApp) para que se familiaricen con él y lo puedan hablar con los más mayores y los más pequeños de la casa. El objetivo es que cuando vayan a estos locales identifiquen bien esa imagen y la asocien a la necesidad de respetar las prevenciones que anuncia.
- Se elaboró una infografía donde se explica el efecto protector de la aldea y los sitios donde se encuentran las amenazas, junto con las sencillas medidas que se deben respetar para mantenerse a salvo del virus. Esta infografía se difundirá para que los adultos la puedan imprimir y los niños interactúen con ella, pues son de gran ayuda a la hora de recordar normas y rutinas a los mayores.
- Se fomentará la difusión de esta cartelería de forma masiva, ya que cada uno de nosotros forma parte de la solución.
El objetivo de estos veterinarios es llegar a todo el rural, pero para eso necesitan más manos y piden que todas aquellas personas interesadas en colaborar se pongan en contacto con ellos a través de la dirección electrónica carlosriveirab@yahoo.es.
Los impulsores de esta campaña de sensibilización saben que la implicación de los niños es fundamental. Por eso les piden que hagan un dibujo o una narración sobre el tema “Ciento y mil maneras de derrotar un virus. El día que en la aldea vencimos al coronavirus”. Con el material que recopilen le darán forma a un libro con el que pretenden homenajear a los más pequeños y a sus aldeas.

El comisario europeo de Agricultura, Janusz Wojciechowski, instó este miércoles a los Estados miembros que aún disponen de fondos de la Política Agrícola Común a usarlos para financiar acciones relevantes para recuperarse de la crisis que ha causado la pandemia de coronavirus en el sector.
En una carta (ver texto abajo) a los ministros europeos de Agricultura, el comisario agradece su iniciativa a aquellos que ya están buscando «de manera proactiva» como reorientar los fondos aún disponibles dentro de los programas de desarrollo rural, aunque reconoció que a algunos Estados miembros «les queda poco o ningún margen presupuestario».
«En este momento, los Estados miembros aún pueden comprometer en torno a 6.000 millones de euros de sus programas de desarrollo rural. La cantidad llega a 17.000 millones si se considera la financiación reservada a convocatorias abiertas a solicitudes que aún no se han finalizado«, cuantificó el comisario.
El comisario también ofreció su ayuda a aquellos países que deseen ampliar el alcance de sus políticas de desarrollo rural o reasignar los fondos, ya que, en su opinión, «se pueden utilizar varias medidas de desarrollo rural en este contexto».
Wojciechowski señaló que, por ejemplo, los fondos de desarrollo rural pueden apoyar inversiones para el procesamiento, comercialización o envasado de alimentos, así como para la restauración del potencial de producción agrícola.
También podrían realizarse inversiones en pequeñas infraestructuras y servicios locales, como la adquisición de equipos, la adaptación de centros de salud o la instalación de instalaciones móviles de salud en las zonas rurales.
«Los servicios de asesoramiento pueden guiar a los agricultores para mejorar la resiliencia de sus propiedades», aseguró el comisario, quien también puso a disposición de los agricultores y ganaderos los servicios de «socorro agrícola», que, en sus palabras, pueden ayudarles en su trabajo diario en caso de enfermedad, ausencias o exceso de trabajo inesperado.
«Nos comprometemos a apoyarles para que hagan uso de todas las medidas disponibles de la manera más rápida y eficiente posible», ofreció el comisario, quien prometió una «rápida aprobación de las enmiendas del programa propuestas en respuesta a la crisis».
Texto de la carta a los ministros: 2CartaJW
Colección de ejemplos de proyectos de respuesta Covid-19
Respuesta de emergencia por el Covid-19 al sector agrario de la UE (EN) : factsheet-covid19-agriculture-food-sectors_en
Red Rural Europea: https://enrd.ec.europa.eu/rural-responses-covid-19-crisis_en

Ayuntamientos y entidades territoriales que gestionan proyectos financiados por la Unión Europea (UE) han notado un aumento de proyectos para invertir en casas en los pueblos, particulares o para destinar al turismo cuando pase la crisis del coronavirus, según la Red Española de Desarrollo Rural (REDR).
El presidente de REDR, Secundino Caso, afirma, en una entrevista con Efe, que se está produciendo un incremento “sorprendente” e “increíble” del interés por adquirir una vivienda rural para transformarla, especialmente aquellas con parcela, huerto o prado, en zonas como Cantabria, Asturias o Andalucía.
La REDR agrupa a redes territoriales que engloban a 180 grupos de desarrollo rural (GDR) o grupos de acción local (GAL), encargados de gestionar programas “Leader”, es decir planes cofinanciados con participación pública y privada, cuyo objetivo es promover actividades distintas o complementarias a la agricultura.
Caso, alcalde de Monterrubio (Cantabria), un municipio de 350 habitantes, y vicepresidente de la Red Europea de Grupos de Acción Local (ELARD) responde a la entrevista por teléfono desde un balcón con vistas a los Picos de Europa.
Manifiesta que el coronavirus ha “activado” los pueblos y que el panorama es más favorable para el turismo rural y de interior, “más preparado y en mejores condiciones”, como opción segura y menos masificada para familias.
Espera que la actividad turística se recupere este verano, en el segundo semestre o a final de año, dependiendo de la situación sanitaria.
Ante la pandemia, los pueblos han registrado una subida del número de habitantes, dice: “Las panaderías están funcionando más (…) Los bares estarán cerrados, pero aquí se vive mejor el confinamiento que en un piso pequeño de ciudad”.
No obstante, rechaza una visión idílica y afirma que para aprovechar este interés en poblar el campo hace falta solucionar “grandes carencias”.
INTERNET, EDUCACIÓN Y MÉDICOS
A juicio de Caso, hay “conquistas en el estado de bienestar” que en el mundo rural no se disfrutan.
“Necesitamos Internet, profesores y médicos”, afirma.
“En mi comarca (Saja-Nansa) no hay un metro de fibra óptica instalado”, señala, lo que contrasta con el avance del teletrabajo en España por el coronavirus.
Añade que dinámicas que han llegado para quedarse, como las reuniones por videoconferencia o la enseñanza por Internet, son “imposibles” en algunas comarcas rurales por la conexión.
Alude a las plataformas escolares y explica que ante la deficiencia de 4G ha habido que facilitar en algunas comarcas tarjetas de móvil y tabletas para familias sin recursos, con el fin de que los estudiantes trabajen desde casa.
Las nuevas tecnologías influyen también en la calidad de los depósitos de agua, que podrían estar controlados por Internet pero en muchos pueblos es imposible esta conexión.
Considera que es estructural la falta de adaptación de los sistemas sanitarios al campo, donde el personal sanitario “acaba yéndose” porque se les promociona menos que si trabajan en núcleos urbanos.
Sin embargo, un alto porcentaje de la población rural está envejecida.
CAMBIO DE IMAGEN: "NO SOMOS LOS SANTOS INOCENTES”
REDR pide que se diseñen las “leyes” con una “lupa” especial en favor del ámbito rural: Incluso las reglas de confinamiento deben ser diferentes si una persona va a trabajar a un huerto en un pueblo en el que no se va a encontrar con nadie.
“Hay que ser héroes para invertir, cuando para montar una quesería pequeña te exigen lo mismo que para una fábrica que produce millones de litros”, recalca.
Pero Caso ve crucial “cambiar el relato” y eliminar el “paternalismo” en la visión rural.
Opina que desde el cine a las series de televisión -como las que ven sus hijos de 11 y 12 años- trasladan una imagen “casposa” de los habitantes rurales como si todos fueran “Los Santos Inocentes” (en alusión a la novela de Miguel Delibes).
Mercedes Salas

Se estima que en los pueblos y pedanías de las áreas rurales de la provincia de Alicante viven alrededor de 145.720 mujeres. Entre este colectivo, nos encontramos las agricultoras, que durante estos días nos estamos dejando la piel para cumplir con una labor fundamental. Codo con codo con el hombre, trabajamos al frente de las explotaciones para conseguir y proporcionar a la sociedad alimentos de calidad. Nos sentimos a gusto de poder hacerlo, estamos cumpliendo con nuestra función.
La demanda interna de los productos agrarios se ha incrementado. Al principio de declararse la epidemia, este aumento fue aún mayor. El estado de nerviosismo que nos invadió a todos al principio del Estado de Alarma, provocó colas interminables y grandes aglomeraciones en los supermercados. Entonces las agricultoras y los agricultores de la provincia de Alicante, así como las ganaderas y los ganaderos de nuestro territorio, hicimos un llamamiento a la tranquilidad. Defendimos que éramos capaces de abastecer a todos y que no habría faltas de suministro. Así ha quedado demostrado.
Nuestro sector agrario parece que hoy se quiere y valora un poquito más. En la actualidad, en los campos de la provincia de Alicante, se están recolectando coliflores, alcachofas, nísperos… Se están terminando campañas como la de los cítricos y ya se están preparando las próximas plantaciones de verano y cultivos como la de los pepinos, tomates, melones, cerezas, brevas e higos,… Estos productos de calidad los encontramos en las tiendas de cercanía y comercios locales. Adquiriendo las frutas y verduras de estas tiendas no solo compramos productos sanos en los que se cumplen todas las normas de trazabilidad y calidad alimentaria, también alentamos y ayudamos a los agricultores de nuestros municipios y contribuimos a generar empleo cerca nuestro.
Nos hemos dado cuenta también de lo importante que es no depender de terceros países, que en estos momentos de angustia nos han dado gato por liebre. Hemos comprendido que es fundamental ser autosuficientes en temas tan importantes como el de la alimentación o la sanidad. Si bien, todos los agricultores y ganaderos nos pusimos al píe del cañón y a no dejar de trabajar para que no nos faltará de nada en la mesa, el no encontrar alcohol para desinfectar, mascarillas sanitarias para prevenir posibles contagios,… ha sido duro. También nos permitió agilizar el ingenio.
Como las mujeres del campo sabemos hacer prácticamente de todo y nos hemos acostumbrado a depender más de nosotras mismas, al no tener siempre todos los servicios cerca, tras terminar el cuidado de nuestros cultivos, nos pusimos a tejer mascarillas. Las hemos cosido para nosotras mismas, para nuestros seres queridos y también para vecinos, e, incluso, profesionales de la seguridad que al principio también tuvieron carencia de estos medios. Por destacar un ejemplo, nuestra amiga Paqui Gomis de Elche, muy ingeniosa y premiada por elaborar con sus manos hermosos productos, incluidos sus famosos belenes de Navidad con materiales reciclables, hizo 80 mascarillas para 40 agentes de policía. Así, al menos, al llegar a casa podían lavar una de ellas y emplear la otra al día siguiente.
Para sacar adelante estos productos para prevenir enfermedades, hemos realizado pruebas de todo tipo, pulverizado agua y gases sobre los tejidos de fuera para comprobar que no entraban en contacto con nuestra piel. Para ser lo más eficientes posible, preguntamos a enfermeros y sanitarios cómo confeccionar estas mascarillas caseras. Sin que haya grandes expertos en la materia, una buena forma es contar con un tejido impermeable y transpirable en la parte exterior, algodón en el centro y otra tela agradable en el interior, que es la que irá sobre nuestra piel.
Así es como las mujeres agricultoras de la provincia de Alicante pasamos la crisis. Afrontamos muchas pérdidas, mientras destinamos mucho esfuerzo en nuestro trabajo. Si por la mañana, trabajamos en la explotación; a mediodía y por la noche cocinamos y por la tarde o los días de descanso, tejemos mascarillas. Esta crisis nos está poniendo a prueba a todos, y vuelve a demostrar la entereza, integridad y fortaleza de los hombres y mujeres, incluidas quienes cada día trabajamos la tierra para generar los alimentos sanos que tanto nos unen en familia y tanto celebramos tener en estos días de mucho confinamiento en casa y poca y limitada salida al exterior para evitar contagios.

Cuando el pasado 14 de marzo del 2020, se decretó el estado de alarma por la crisis sanitaria, causada por el Covid-19, fue todo un pistoletazo de salida que afectaba a todos los ámbitos de nuestra vida, profesional, personal, familiar.
Habitualmente, en el día a día, en la mayoría de las ocasiones, actuamos, ejecutamos, y añoramos más tiempo para seguir ideando nuevas actividades, y el poder aprender a gestionar nuestro tiempo, para compatibilizarlo con nuestra vida personal y familiar.
El Covid-19 nos ha dado una gran lección de vida, y creo que si somos inteligentes ya no nos volverá hacer falta hacer cursos para no procrastinar nuestros sueños, sean del tipo que sean. Es ahora o nunca, solo depende de nosotras, sacar nuestra mejor versión de nosotras, para salir reforzadas de esta crisis.
En estos momentos, que no son vacaciones, tenemos la gran oportunidad de reflexionar, equilibrar la balanza de lo profesional y personal y concedernos ese espacio en el que debemos:
· Revisar nuestro plan de negocio y el flujo de caja; la liquidez es necesaria para atender tus obligaciones. Mejorar o diseñar un plan ante futuras contingencias.
· Reciclarnos profesionalmente.
· Permitirnos nuestra “isla de libertad” para crear o diseñar nuevos productos para nuestra empresa.
· Aprovechar para estudiar a la competencia, y ver nuestras opciones de mejora e incluso plantearnos hacer sinergias para completar y/o mejorar nuestros servicios.
· Cuidar de nuestros Clientes y proveedores. Quizás no podamos quedar estos días con ellos, pero todos somos humanos, y seguro que agradecen un café + videoconferencia, que sepan que TÚ sigues ahí.
· Empatiza con tus empleados, son tu mejor activo y deben remar en la misma dirección para que la nave no haga aguas ni se desvíe del camino. El equipo debe tener claro que no estamos de vacaciones, y la primera en dar ejemplo debes ser TÚ.
· Revisa todas las tarjetas de visita, que has ido guardando y dales sentido generando nuevos contactos.
· Aprovecha para retomar viejos contactos, nunca se sabe de dónde pueden salir nuevos negocios.
· Sigue las informaciones oficiales de las asociaciones empresariales de tu sector, y de la Administración Publica.
· No olvides que, en estos momentos, es muy importante estar asesorada ante la toma de decisiones que no entraban en nuestro plan de negocio de este año, huye de la improvisación, hay que sobrevivir no subsistir.
· Ahora es el momento de mostrar tu responsabilidad social, se solidaria tanto con la ciudadanía como con otras empresas.
Y no te olvides, que debes igualmente priorizar tu salud, la de tu equipo, clientes y proveedores, porque el verdadero motor de tu empresa eres TÚ. En definitiva, no olvides que si fuiste capaz desde la nada y sin experiencia, de crear el negocio que tienes en la actualidad, de desarrollar la profesión que te gustaba, ahora esto, es solo una crisis coyuntural y temporal, de la que hemos de salir fuertes, recicladas y con mucho optimismo para hacer que el sector empresarial siga siendo la principal fuente de riqueza y empleo de este País.
Eva Serrano Clavero
Presidenta Asociación Española de Mujeres Empresarias de Madrid ASEME
Vicepresidenta de CEIM
Vicepresidenta primera de Cámara Oficial de Comercio, Industria y Servicios de Madrid

Nuestro país está viviendo uno de los momentos más duros y difíciles de su historia moderna, la pandemia del Coronavirus Covid19 está cobrando muchas vidas y está ocasionando una grave crisis económica. Desde Alianza Rural queremos subrayar la relevancia del campo como motor para el desarrollo económico y medio ambiental de España, y el compromiso que ha mantenido con la sociedad en su labor de alimentar a España. Además, esta situación ha servido para comprobar que ni la agricultura ni la ganadería son agentes causantes del cambio climático, sino que contribuyen al mantenimiento de espacios medio ambientales.
El mundo rural ha conseguido atenuar las consecuencias de la crisis sanitaria debido a su aislamiento y su dispersión geográfica, pero está sufriendo directamente la crisis económica ocasionada por las medidas necesarias para la paralización de la pandemia y desde Alianza Rural se prevén pérdidas millonarias para el sector del campo, sin considerar los números rojos del impacto en el turismo rural.
El cierre del canal Horeca (hoteles, restaurantes), unido a la paralización de la actividad turística como consecuencia de la limitación de movimientos, han supuesto directamente la asfixia económica de ganaderos y agricultores que tienen su producción vinculada a ese nicho de mercado, e incluso de productos gourmet. A esto, debemos sumar el cambio de hábitos de los consumidores que ante una previsión de una fuerte depresión económica están adaptando su consumo a una cesta de la compra de menor coste.
Asimismo, esta situación afecta de forma dramática también a aquellos sectores agropecuarios cuyo destino son los espectáculos, los deportes o las ferias y exhibiciones, paralizados por esta situación sanitaria, como son los casos del toro bravo, y del sector equino de deporte.
En ese sentido, se estiman importantes pérdidas en sectores agrícolas orientados hacia la exportación y en aquellos de carácter más perecedero, también en productos cárnicos como el ovino-caprino, vacuno de carne, porcino ibérico y sector lácteo que podrían superar los 3.694 millones de euros millones de euros, unidas a las previsiones procedentes de distintas fuentes sobre pérdidas millonarias estimadas en sectores agrícolas, con las características mencionadas, como el vitivinícola, olivar y frutas y hortalizas. Además, debemos añadir las pérdidas de sectores del ámbito rural como son la ganadería de bravo que calculan más de 77 millones de euros -35 millones de euros directamente aplicados a los animales destinados a espectáculos culturales-.
La caza, otra actividad dinamizadora de la economía rural y necesaria para la conservación del medio ambiente, no escapa a los efectos de la crisis. La carne de caza cuyo volumen anual de ventas se sitúa en torno a 100 millones de euros, puede afrontar unas pérdidas de al menos el 40%. Sus industriales tienen las cámaras llenas de producto de calidad para el que no encuentran salida. La caza como actividad, que genera en España 6.487 millones de euros y emplea a 187.000 personas, verá sin duda afectada su actividad ante una crisis de tal magnitud, con descensos de más del 20% si la pandemia y las medidas finalizan antes de la temporada general, en cuyo defecto aumentaría considerablemente, lo que supone un global de al menos más de 1.200 millones de euros en pérdidas. Además de una profunda crisis económica, la disminución de esta actividad producirá graves efectos en el medio, con daños a la agricultura, ganadería, ecosistemas y aumento de accidentes de tráfico, por tanto, la actividad cinegética debe ser considerada para el control de los daños relacionados como actividad esencial en este Estado de Alarma.
Estas primeras estimaciones pondrían en grave riesgo la viabilidad de muchas explotaciones agrarias en el futuro y supondría un gravísimo mazazo para el campo español de no adoptarse medidas por parte de las Administraciones nacionales y europeas que palíen si quiera parcialmente esta gravísima crisis provocada por la pandemia COVID19 en el campo. Medidas entre las que los conocidos mecanismos de intervención de mercados, bien merecen ser estudiados.
Cifras que tras el desastre económico llevarían aparejado incalculables perjuicios ambientales, pérdidas de biodiversidad y ecosistemas asociados al sector agropecuario y un mayor abandono de la llamada España vaciada.
Esta situación obliga a los agentes de la Alianza Rural a mirar al Fondo Europeo de Reconstrucción Económica, y arbitrar los mecanismos europeos, nacionales y autonómicos necesarios para ayudar a este sector estratégico de forma económica, social y medio ambiental para nuestro país.
*Alianza Rural es una plataforma constituida para la defensa del medio rural, sus tradiciones, riqueza y entorno y sus socios fundadores son: ASAJA, FEAGAS, UCTL, RFEC, Fundación Artemisan, APROCA y AMFAR